En las postrimerías de su extensa gira por Asia, el presidente de Estados Unidos presionó una vez más por conseguir acuerdos comerciales equitativos y apoyó priorizar públicamente los intereses estratégicos sobre los derechos humanos, declinando así llamar la atención sobre la violenta guerra contra las drogas dirigida por su anfitrión filipino.
Donald Trump elogió repetidamente al presidente Rodrigo Duterte, llamándolo por su nombre de pila, compartiendo un chiste sobre los medios de comunicación e incluso elogiando el clima de Manila. Lo que no hizo fue lo que muchos predecesores han hecho antes: subrayar las violaciones de los derechos humanos en otros países.
Duterte ha sido criticado por grupos de derechos humanos por su sangrienta ofensiva contra narcotraficantes y drogadictos. Esa guerra contra las drogas ha incluido ejecuciones extrajudiciales. El mandatario filipino incluso se ha jactado de haber matado gente con sus propias manos.
Sin embargo, durante comentarios breves a los reporteros, Trump dijo que él y Duterte “han tenido una gran relación”, pero evitó las preguntas sobre si plantearía dudas sobre el respeto a los derechos humanos.
La Casa Blanca dijo posteriormente que durante su reunión de 40 minutos, los dos líderes hablaron sobre el grupo Estado Islámico, las drogas y el comercio. La portavoz de la Casa Blanca Sarah Huckabee Sanders dijo que los derechos humanos fueron abordados “brevemente” en el contexto de la lucha de Filipinas contra las drogas. No dijo si Trump fue crítico con el polémico programa de Duterte.
Eso pareció contradecir la versión filipina de la reunión. Harry Roque, portavoz de Duterte, dijo que “no se mencionaron los derechos humanos. No se mencionaron los asesinatos extrajudiciales. Hubo solo una discusión bastante extensa sobre la guerra de Filipinas contra las drogas, en la que el presidente Duterte hizo la mayoría de las explicaciones”.
Al margen de una cumbre internacional, Trump buscó fortalecer los lazos de Estados Unidos con sus aliados en Asia y la cuenca del Pacífico, con el objetivo de lograr acuerdos comerciales bilaterales por encima de los multinacionales, e incrementar la presión sobre Corea del Norte para que abandone su programa nuclear.
El lunes se reunió con el primer ministro de India, Narendra Modi, y expresó que sus dos naciones tienen ahora lazos “más profundos y amplios”. Dijo que él buscará fortalecer una relación que es vital para la visión estadounidense de una región que busca contrarrestar la influencia de China.
Trump también se reunió con el primer ministro australiano Malcolm Turnbull, con quien tuvo una polémica llamada telefónica hace casi un año, y con el primer ministro japonés Shinzo Abe, que recibió al presidente estadounidense en Tokio a principios del viaje.
Trump anunció que haría una “importante declaración” sobre comercio y Corea del Norte para cuando regrese a Washington el miércoles. La Casa Blanca sugirió que podría incluir a Pyongyang en la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Fuente:AP
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