La explosión en un transbordador en Playa del Carmen en la que más de 20 personas resultaron heridas el mes pasado se debió a una bomba casera, afirmaron el domingo las autoridades.
Los fiscales dijeron que no creen que el estallido esté relacionado con un acto terrorista, y piensan que los grupos del crimen organizado tampoco están detrás del incidente, debido a que atraerían atención no deseada y un aumento en las fuerzas de seguridad en la zona.
“Queda descartada la autoría por parte de organizaciones terroristas o la delincuencia organizada”, dijo Arturo Elías Beltrán, subprocurador jurídico y de asuntos internacionales, en una conferencia de prensa.
El artefacto “tenía una capacidad muy limitada” y “no buscaba mayor afectación”, agregó.
La explosión registrada el 21 de febrero causó fuertes daños en la sección superior del transbordador turístico mientras estaba anclado en un muelle de Playa del Carmen, dejándole también un enorme agujero en el costado.
Los pasajeros ya habían desembarcado luego de haber realizado el viaje desde la isla turística de Cozumel, pero aún se encontraban sobre el muelle. Veintiséis personas, incluidos seis turistas estadounidenses, resultaron lesionadas, ninguna de gravedad.
Por su parte, la Procuraduría General de la República indicó en Twitter que el 19 de febrero una persona de la que no proporcionó el nombre se presentó en la estación naval de Cozumel para entregar un tubo blanco de PVC que contenía unos tubos de cartón con cables conectados a una caja negra.
“Derivado de las investigaciones, se puede concluir que los restos del artefacto explosivo muestran una similitud con el encontrado días antes y es claro que se trata de un artefacto rudimentario o de fabricación casera”, indicó la procuraduría.
El 2 de marzo, otro artefacto que fue descrito como un posible explosivo fue encontrado atado en la parte inferior de un barco perteneciente a la misma compañía del ferry en el que se registró la detonación. El transbordador estaba anclado a poco más de 500 yardas de distancia de Cozumel y en ese momento no tenía pasajeros. Las autoridades dijeron que llevaba más de 10 meses fuera de servicio.
Los investigadores siguen múltiples líneas de investigación, pero no han realizado ningún arresto ni presentado una teoría definitiva sobre el motivo de la explosión.
Tras los incidentes en los transbordadores, la embajada de Estados Unidos prohibió a los empleados del gobierno realizar viajes entre Playa del Carmen y Cozumel en las embarcaciones, y les pidió a los viajeros estadounidenses que hagan lo mismo.
La sede diplomática también emitió una alerta por separado, que dijo estaba basada en una “amenaza de seguridad” diferente y no especificada, en la que les prohibió a los empleados gubernamentales de Estados Unidos viajar a cinco vecindarios dentro y en los alrededores de una zona turística en el centro de Playa del Carmen. Sin embargo, varios hoteles todo incluido fuera de esa área no están prohibidos.
Con la temporada de vacaciones de primavera a punto de llegar a su fase más importante, las autoridades mexicanas buscan asegurarles a los viajeros que es seguro visitar los destinos del Caribe, un importante atractivo turístico del país.
Cerca de 60 elementos de la policía y perros rastreadores han sido desplegados para vigilar los muelles y los transbordadores entre Playa del Carmen y Cozumel.
Manelich Castilla, comisionado general de la Policía Federal, dijo que 900 agentes han sido enviados a vigilar las carreteras, los aeropuertos y las instalaciones turísticas en el estado de Quintana Roo, el cual alberga los destinos de Playa del Carmen, Cozumel, Cancún y Tulum.
Agregó que la ocupación hotelera es normal en el estado, el cual recibe a 19 millones de viajeros al año, la mitad de ellos provenientes del extranjero.
“En este momento podemos compartir con toda claridad que no ha habido cancelaciones en las reservaciones y que las playas, sin excepción, se encuentran abiertas sin incidentes”, explicó el comisionado en una conferencia de prensa.
El mismo domingo, soldados y agentes tanto estatales como federales retiraron de sus puestos a toda la policía local en Tlaquepaque, un suburbio en la ciudad de Guadalajara, en el estado de Jalisco. Las autoridades dijeron que la medida se tomó porque hay sospechas de que esa fuerza haya sido infiltrada por el crimen organizado.
Tlaquepaque es conocido por su bien conservado centro colonial.
El gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, anunció que el cuartel de la policía de Tlaquepaque fue allanado en un operativo matutino, así como las armas y otros equipos. Los agentes locales fueron enviados a una academia de policía para una evaluación y entrenamiento, y mientras tanto serán reemplazados por las autoridades estatales.
Las intervenciones de ese tipo suelen llevarse a cabo cuando se cree que una policía local tiene vínculos con los narcotraficantes. El mes pasado, las autoridades de Jalisco tomaron las riendas de la vigilancia policial en el poblado de Tecalitlán, donde tres italianos desaparecieron poco después de haber tenido algún tipo de enfrentamiento con policías.
“Hacer esto representa una medida contundente frente a la inseguridad que padece la metrópoli”, tuiteó Sandoval.
“Es preciso decir que el país padece una ola de violencia sin precedentes... Jalisco no está aislado de lo que vive el país”, indicó.
Se ha señalado a la ciudad de Guadalajara como la base de operaciones del violento Cártel de Jalisco Nueva Generación.
Fuente:AP