El sospechoso de la masacre en una sinagoga en Pittsburgh afirmó que odiaba a los judíos durante el ataque armado y después dijo a la policía que los judíos estaban cometiendo genocidio y quería que todos murieran, de acuerdo con documentos de encausamiento que se divulgaron el domingo.
Robert Gregory Bowers es el sospechoso de matar a tiros el sábado a ocho hombres y tres mujeres dentro de la Sinagoga Árbol de la Vida en pleno oficio antes de que un equipo policial que lo rastreara y baleara, dijo la policía en una declaración jurada, donde había detalles del tiroteo y la respuesta policial.
En una conferencia de prensa, las autoridades dieron a conocer los nombres de las 11 víctimas, todas mayores de 30 años. Entre ellas había hermanos y una pareja de esposos. La víctima de mayor edad tenía 97 años.
Las víctimas, según las autoridades: Joyce Fienberg, 75; Richard Gottfried, 65; Rose Mallinger, 97; Jerry Rabinowitz, 66; Cecil Rosenthal, 59; David Rosenthal, 54; (Cecil y David eran hermanos); Bernice Simon, 84; Sylvan Simon, 86; (Sylvan & Bernice eran esposos); Daniel Stein, 71; Melvin Wax, 86 y Irving Younger, 69.
Tiroteo en sinagoga causa terror en comunidad
El alcalde Bill Peduto dijo que fue “el día más negro de la historia de Pittsburgh”.
La gente comenzó a llamar al número de emergencias 911 desde la sinagoga poco antes de las 10 de la mañana, reportando que “estaban siendo atacados”, de acuerdo con documentos presentados en corte.
Según los documentos policiales, Bowers, de 46 años, disparó en la mano a uno de los dos primeros policías que respondió, y el otro resultó herido por “metralla y fragmentos de vidrio”.
Un equipo de respuesta táctica encontró a Bowers en el tercer piso, donde hirió a dos policías varias veces, dijo el documento. Uno de los agentes estaba herido de gravedad; el documento no habla sobre la condición del otro policía.
Un hombre y una mujer que estaban en la sinagoga y fueron heridos por Bowers se encontraban en condición estable dijo el documento.
Bowers, quien estaba armado con un fusil de asalto AR-15 y tres armas de fuego cortas, usó las cuatro armas durante el ataque.
Dijo a un policía mientras le curaban las heridas “que quería que todos judíos murieran y también que ellos (los judíos) estaban cometiendo genocidio contra su gente”, dijo el documento.
Le formularon el sábado 11 cargos estatales de homicidio agravado, seis cargos de ataque agravado y 13 cargos de intimidación étnica en lo que el líder de la Liga Anti Difamación calificó del ataque más mortal contra los judíos en la historia de Estados Unidos.
Aparte, a Bowers también le presentaron 29 cargos federales como obstrucción a la libertad del ejercicio de creencias religiosas -un delito federal de odio racial- y usar un arma de fuego en asesinatos. El secretario de Justicia Jeff Sessions dijo que los cargos “podrían conllevar a la pena de muerte”.
No estaba claro si Bowers tenía un abogado que lo representara.
Una de las víctimas fue Melvin Wax, quien siempre era uno de los primeros en llegar a la sinagoga y uno de los últimos en irse.
"Ha sido un horrible tiroteo contra judíos americanos. No debe haber lugar para el antisemitismo en Estados Unidos, ni para ningún otro tipo de prejuicios", dijo el presidente Donald Trump durante un acto organizado por asociaciones agrícolas en Indiana.
Trump, que en el pasado ha sido acusado de fomentar la división en el país y de mostrarse poco contundente con los supremacistas blancos, defendió este sábado la necesidad de endurecer las leyes relativas a la pena de muerte en el país, algo que, según dijo, debería ser parte del debate nacional en estos momentos.
"Con tantos incidentes, en iglesias, templos... (los culpables) deberían pagar con el castigo último", sostuvo.
El mandatario rechazó que lo ocurrido deba servir para plantear un mayor control de armas en el país y aseguró que lo sucedido no sólo acontece en Estados Unidos, sino que afecta a otras muchas naciones.
El incidente ocurrió poco antes de las 10 a.m. en la sinagoga Tree of Life, ubicada en el vecindario de Squirrel Hill, donde se cree que había al menos 60 personas presentes durante la jornada de descanso judía del sabbat, que empieza al caer la noche del viernes.
Directivos de la sinagoga dijeron que se llevaba a cabo una ceremonia de nombramiento de un bebé al momento del tiroteo. Las autoridades confirmaron que no hubo menores entre las víctimas.
Bowers, quien resultó herido por la policía durante el intercambio, le habría dicho a los oficiales que "todos los judíos deben morir", por lo que se cree sería un crimen de odio.
El incidente se desató poco antes de las 10 a.m., cuando el pistolero disparó dentro del recinto, de acuerdo a testigos.
“El tiroteo en Pittsburgh de esta mañana es una tragedia absoluta”, dijo en un comunicado Tom Wolf, el gobernador de Pensilvania. “Estos actos de violencia sin sentido no es quien nosotros somo como estadounidenses”, agregó.
Fuente:Telemundo