La Habana.- El Partido Comunista de Cuba (PCC), único legal en la isla, celebrará dentro de una semana su VII congreso, el primero tras la normalización de relaciones con Estados Unidos, con el reto de ahondar en las reformas económicas emprendidas por Raúl Castro y de encarrilar un relevo generacional.
En el último congreso (abril de 2011) se aprobaron esas reformas o "lineamientos", de los que, cinco años después, sólo se han implementado un 21 por ciento, según reconocía recientemente un artículo del diario oficial Granma, portavoz del PCC.
Las informaciones oficiales sobre el próximo Congreso, que tendrá lugar entre el 16 y 19 de abril, hablan de dar "continuidad" a esas reformas, que buscan "actualizar" el modelo socialista con mayores espacios al sector privado y la inversión extrajera, aunque muchos en la isla apuntan a la necesidad de acelerar ese proceso para hacer despegar la economía.
"Pienso que se va a hacer un esfuerzo para que en los próximos dos años avancemos muchísimo más rápidamente", señaló a Efe el académico y miembro del PCC, Esteban Morales.
Morales consideró que este congreso se celebrará en una coyuntura diferente a los anteriores, ya que la alta dirección del partido "está abocada a un cambio generacional" -es el último congreso antes de que el presidente Raúl Castro abandone el poder en 2018-, además de transcurrir en el "contexto favorable pero muy complejo" que supone la nueva relación con EE.UU.
Este nuevo cónclave, convocado en siete ocasiones desde la creación del PCC en 1965 tras unificar diversas fuerzas de izquierda, tendrá lugar entre el 16 y el 19 de abril, fechas muy significativas en el calendario revolucionario.
El 16 de abril de 1961, el líder Fidel Castro proclamó el carácter socialista de la Revolución, y el 19 de abril de ese mismo año se produjo la victoria de Cuba tras 72 horas de enfrentamientos con fuerzas de exiliados cubanos financiados por EE.UU. que invadieron la Bahía de Cochinos, efemérides de las que el VII Congreso conmemorará su 55º aniversario.
En esa reunión de cuatro días, los 1.000 delegados del partido elegidos por los militantes, debatirán varios documentos centrados en el cumplimiento del plan de reformas, sobre los que deberá haber "una amplia discusión acerca del papel de la propiedad privada en la economía", señaló Morales.
"Creo que el futuro de la economía cubana pasa por ampliar los espacios a la propiedad privada. La economía cubana puede devenir en un modelo mixto que combine el sector privado para prestar determinados servicios, con el control que debe tener el Estado de algunos sectores estratégicos", señaló Morales.
Desde la disidencia, el opositor Manuel Cuesta Morúa cree que el asunto más importante que debería abordar el congreso es la sucesión en la alta dirección del país, que en el actual contexto, sin un "enemigo" de la Revolución, no podrá "legitimarse más en la historia", sino que deberá despuntar una elite gobernante que sea capaz de demostrar dotes de liderazgo.
"Van a tener que ser más autocríticos y pensar cómo fraguar una transición institucional. El Gobierno ha hablado de una nueva ley electoral, pero no se han dado detalles", lamentó Cuesta Morúa, una de las caras visibles de la iniciativa #Otro18, que aglutina diversas fuerzas que buscan una transición democrática desde dentro del sistema.
En los preparativos del próximo congreso del partido, se ha producido un tímido pero inusual disenso interno, ya que algunos militantes han expresado su malestar en algunos medios y blogs por la falta de consulta con las bases sobre los asuntos que se debatirán.
Fuente:EFE