Las bolsas de Shangai y Shenzhen cayeron un rotundo 7%, provocando por primera vez su cierre prematuro en virtud de un nuevo y controvertido mecanismo contra la volatilidad, y arrastrando a otros mercados del planeta.
"China estropea el principio de año" en las bolsas, destacaron los analistas del Crédit Mutuel CIC.
A ello se añaden las "tensiones entre Arabia Saudita e Irán (que) deberían incitar a los dos países a no limitar su producción (petrolera) para captar un máximo de recursos financieros", todo ello en un contexto de "gran debilidad de los precios del petróleo", añaden.
La caída del lunes fue consecuencia de la publicación de malos indicadores en la segunda economía mundial, en particular la contracción de la actividad manufacturera en diciembre, por quinto mes consecutivo.
Los mercados bursátiles sintieron el impacto: Londres cayó 2,39%, Paris 2,47%, Fráncfort 4,28%, Milán 3% y Madrid 2,42%.
Al otro lado del Atlántico las caídas fueron algo más leves. En Wall Street el Dow Jones cayó 1,58%. La Bolsa de Sao Paulo, la mayor de América Latina, perdió 2,79%.
El petróleo, en tanto, cayó abatido por China y las tensiones entre Arabia Saudí e Irán. En Nueva York barril de el WTI perdió 28 centavos y quedó en 36,76 dólares. En Londres el petróleo Brent bajó 6 centavos a 37,22 dólares.
- Mal indicador en China -
En China, el hundimiento del índice CSI300, que aglutina las 300 principales compañías cotizadas en las dos bolsas, obligó a la suspensión de la cotización, aplicando por primera vez el nuevo reglamento de las autoridades de regulación.
En un primer momento la cotización fue suspendida durante 15 minutos pero no logró evitar el derrumbe.
El objetivo de la suspensión era frenar la alta volatilidad y evitar que se repitiera el crack de la bolsa china del año pasado.
Cuando se produjo el cierre adelantado de la sesión, el índice de Shanghái había perdido 6,86%, (242,92 puntos), hasta 3.296,26 enteros. En Shenzhen, la caída era del 8,22%, hasta 2.119,16 puntos.
La normativa que provocó esta situación y que entró en vigor este lunes ?primer día de cotización en 2016 en China? prevé que si el índice CSI300, que incluye a grandes bancos y compañías petroleras estatales, gana o pierde un 7%, los intercambios quedan suspendidos por el resto de la sesión. El propósito es evitar el pánico, es decir los "riesgos sistémicos".
- ¿Sistema contraproducente? -
Pero algunos analistas consideran que este sistema puede ser contraproducente, agravando la volatilidad en lugar de reducirla. "El mecanismo es únicamente un instrumento y no ayudará al mercado a hallar su verdadero valor", dijo a la AFP Shen Zhengyang, de Northeast Securities.
"Lo que más me inquieta es que la aplicación del sistema va a afectar la liquidez del mercado. Los inversores que quieren vender no pueden hacerlo, y los que quieren comprar, tampoco. Los intercambios se van a reducir si [estas suspensiones prematuras] se producen con demasiada frecuencia", explica.
El derrumbe de este lunes también se debe a que próximamente expirarán las medidas tomadas el año pasado por las autoridades para frenar el hundimiento de los mercados, según los analistas.
En julio, Pekín decidió temporalmente prohibir vender a los accionistas que posean más del 5% de una empresa cotizada en bolsa para evitar bruscos derrumbes bursátiles como los ocurridos en China a mediados de 2015.
La medida permitió frenar la hemorragia y la bolsa de Shanghái terminó el año en alza de 9,4%, mientras que la de Shenzhen tuvo una progresión anual del 63%.
Este sistema de suspensión de mercados existe en otros lugares. La bolsa de Nueva York aplicó un sistema similar a finales de los años 1980 ?en caso de fluctuación superior al 20%? que fue utilizado por primera vez en 1997 pero que desde entonces se aplica raramente.
Fuente: AFP