El presidente Donald Trump inicia el viernes su primera gira internacional por el Medio Oriente y Europa, sin duda esperando dejar atrás una serie de tormentas políticas relacionadas con el despido del director del FBI, la divulgación de información clasificada con funcionarios rusos y los reportes de que presionó a James Comey para que cerrara la investigación de su ex asesor de seguridad nacional.
Pero en el centro del bagaje doméstico que acompañará al presidente en su viaje está además la preocupación sobre la credibilidad de Trump, ahora bajo ataque de los demócratas y de algunos republicanos también.
El presidente claramente pensaba en el alboroto político el miércoles cuando ofreció consejos a los cadetes de la Guardia Costera en el discurso de su graduación en Connecticut.
“Nunca, nunca, nunca se den por vencidos. Las cosas van a salir bien”, les dijo Trump. “Miren la forma en que he sido tratado recientemente, especialmente por los medios. Ningún político en la historia, y se los digo con gran seguridad, ha sido peor tratado o de forma más injusta. No pueden dejar que les hagan venirse abajo. No pueden dejar que los críticos y los incrédulos impidan sus sueños”.
Interés en Comey
La Comisión de Inteligencia del Senado ha pedido a Comey que comparezca en sesiones tanto públicas como privadas, y un importante republicano en el Congreso, el representante Jason Chaffetz, presidente de la Comisión de Reforma y Supervisión de la Cámara de Representantes, está requiriendo todos los documentos y posibles grabaciones que detallen cualquier interacción entre el presidente y Comey antes del que presidente lo despidiera la semana pasada.
Con la Casa Blanca en desorden y dadas las explicaciones contradictorias sobre el despido de Comey, el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, hizo esta semana la pregunta de si el presidente es creíble.
“Hay una crisis de credibilidad en este gobierno, lo cual nos va afectar en formas casi demasiado numerosas para elaborar”, dijo Schumer al tomar la palabra en el Senado. “En lo alto de esa lista están la erosión en la confianza en esta presidencia y la confianza en Estados Unidos por parte de nuestros amigos y aliados”.
Brecha republicana
Por el momento, los republicanos parecen divididos sobre cómo avanzar agresivamente en un momento en que les preocupa que se les venga abajo la agenda legislativa debido a la crisis en la Casa Blanca.
El presidente de la cámara baja, Paul Ryan, dijo a los reporteros el miércoles que busca evitar “sacar conclusiones apresuradas”. Ryan dijo que “nuestro trabajo es ser responsable, sobrios y concentrarnos solo en reunir la información”. Ryan también apuntó que “hay gente que quiere hacer daño al presidente”.
Pero otros republicanos han expresado preocupación sobre las controversias que han envuelto la Casa Blanca. “Creo que sería útil que hubiera menos drama emanando de la Casa Blanca”, dijo el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell.
Bagaje en el extranjero
Las controversias que persiguen a la Casa Blanca seguramente le acompañarán en su viaje, dice el analista político Anthony Cordesman, del Consejo de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington.
“Una interrogante que todos se hacen en el extranjero y que seguramente no abordarán con el presidente es cuál es realmente su fortaleza, relativa a las divisiones que hay en el Congreso, los problemas dentro de su propio partido y si puede avanzar en su agenda propia.
El senador por Carolina del Sur, Lindsay Graham, un frecuente crítico del presidente, sugirió que el viaje de Trump al extranjero puede llegar en un momento oportuno cuando dijo a la Associated Press que “muchos de nosotros estamos felices de que se vaya por unos días”.
Graham dijo que las controversias probablamente perseguirán a Trump en su viaje, pero urgió al presidente a “ser disciplinado, mantenerse concentrado y responder en el escenario mundial”.
Un Trump combativo
Los combativos comentarios de Trump en la Academia de la Guardia Costera el miércoles pueden ser bien vistos por sus seguidores en todo el país, muchos de los cuales creen que el “establishment” y los medios noticiosos trabajan activamente contra él.
Pero muchos analistas, incluyendo algunos republicanos, ven en la naturaleza combativa del presidente un problema, especialmente durante una crisis.
“Ha prometido sacudir el estatus quo, lo cual ciertamente ha cumplido”, dijo el estratega republicano John Feehery al describir el atractivo de Trump. “Ha encontrado un dispuesto y capaz oponente en la prensa nacional. Con sus seguidores, le puede ayudar. Pero para construir credibilidad, definitivamente le perjudica”
Seguramente el presidente enfrentará más pruebas de credibilidad en el futuro cercano, especialmente dada la probabilidad de que el exdirector del FBI eventualmente testifique públicamente ante el Congreso.
Como dijo el senador Schumer a sus colegas esta semana, “el país está siendo puesto a prueba en formas sin precedente. Yo les digo a todos mis colegas en el Senado, la historia nos observa”
Fuente:Voanoticias