Río de Janeiro.- Un juicio contra la mandataria de Brasil se convirtió en una batalla a gritos y fue suspendido temporalmente el viernes después de que el presidente del Senado declaró que la "estupidez es infinita" y criticó duramente a una colega que cuestionó la autoridad moral del órgano legislativo.
En el segundo día del juicio contra la presidenta Dilma Rousseff tuvo un tenso inicio cuando el presidente del Senado Renan Calheiros decidió retomar un comentario hecho el día previo por la senadora Gleisi Hoffmann, integrante del Partido de los Trabajadores, de Rousseff.
Hoffmann —que como muchos en ambas cámaras del Congreso, está siendo investigada por corrupción— declaró el jueves que "nadie aquí" tiene la postura moral para juzgar a Rousseff.
"No puede ser que un senador esté diciendo cosas como esta", dijo Calheiros, del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), del mandatario interino Michel Temer. Luego agregó: "Estoy muy triste porque esta sesión es sobre todo una demostración de que la estupidez es infinita".
En una bizarra y acalorada discusión con Hoffman y otros senadores, Calheiros declaró que había pedido a la Corte Suprema no allanar la casa de Hoffman, aparentemente tratando de tocar el punto de que los legisladores federales no deben ser perseguidos arbitrariamente.
Solo la Corte Suprema puede decidir investigar, arrestar o procesar a los legisladores federales. La policía está investigando si Hoffman y su esposo recibieron pagos de la empresa estatal Petrobras en forma de contribuciones de cámpala. Ellos lo niegan.
Las declaraciones de Calheiros provocaron comentarios de sorpresa en el Senado, y es posible que hagan surgir preguntas sobre el actuar de los ministros del máximo tribunal, quienes supuestamente son independientes.
Poco después de intercambio, la oficina de Calheiros emitió un comunicado diciendo que las peticiones a la corte eran de naturaleza rutinaria y reiteró la in munidad de senadores.
Con varios senadores gritando a la vez, el jefe de justicia Ricardo Lewandowski pidió un receso de cinco minutos, luego cambió de opinión y dijo que el órgano legislativo reanudaría sesiones después de almorzar.
Pocas horas después, los senadores regresaron a la cámara y continuaron con el procedimiento legislativo en su habitual manera sojuzgada.
La primera mujer presidenta de Brasil está acusada de efectuar maniobras fiscales para ocultar déficits. Rousseff, quien está a la mitad de su segundo mandato, niega haber cometido violaciones y dice que sus enemigos están conduciendo un golpe de estado.
Sus detractores dicen que ella lo hizo para fortalecer su respaldo y argumentan que esas maniobras profundizaron la crisis en la mayor economía de Latinoamérica.
Dos años de investigación han llevado al encarcelamiento de decenas de empresarios y políticos, y amenaza con llevar a prisión a muchos más. De hecho, tanto Hoffmann como Calheiros están siendo investigados en indagatorias relacionadas a Petrobras. Y mientras los senadores debatían el viernes, la policía federal anunció que está recomendado la presentación de cargos contra el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, predecesor y mentor de Rousseff.
La policía federal acusó a Lula de tener un apartamento que construyó para él un desarrollador vinculado a Petrobras. El ex mandatario niega las acusaciones.
El vienes, la defensa de Rousseff llamó a expertos para que testificaran y respondieran preguntas, un día después de que la parte acusadora dominó la sesión del jueves.
Luiz Gonzaga Belluzzo, un economista, argumentó que Rousseff no había violado las llamadas leyes de responsabilidad fiscal. Señaló que en lugar de ocultar gasto gubernamental, como argumentan sus críticos, a inicios de 2015 ella estaba concibiendo planes de contingencia para mantener el gasto ante la disminución de ingresos.
"Remover a la presidenta Dilma con base en estas argumentaciones es un ataque a la democracia", enfatizó.
Varios días de testimonios, incluyendo un discurso de Rousseff el lunes, culminarán con una votación sobre si debe ser removida del cargo permanentemente.
En mayo, el Senado votó para impugnar y suspender a Rousseff por 180 días mientras se preparaba el juicio.
El vicepresidente Temer, un ex aliado de Rousseff que ahora es su rival, asumió la presidencia interina en mayo. Si el Senado vota en favor de la salida permanente de la mandataria, Temer cumplirá el resto del término, hasta 2018.
Fuente:AP