El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acude a la Asamblea General de la ONU, que comienza este martes, con la agenda cargada de bilaterales pero sin el protagonismo que acaparó en los últimos años, eclipsado por la urgencia del debate sobre el clima y sin expectativas de lograr su anhelada foto histórica con Irán.
Trump llega a Nueva York este domingo a última hora y concentrará sus actividades entre el lunes y el miércoles, cuando se reunirá con varios líderes latinoamericanos para abordar la crisis en Venezuela y hablará sobre política migratoria con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele.
Trump, que se describe a sí mismo como negociador, tiene una larga lista de acuerdos de política exterior no resueltos que aún no ha cerrado. Hay desafíos con Irán, Corea del Norte, los talibanes afganos, Israel y los palestinos, sin mencionar una serie de pactos comerciales. Algunos avanzan lentamente. Algunos se han estancado.
El mandatario ha dicho en repetidas ocasiones que no tiene "prisa" por cerrar los acuerdos. Pero las negociaciones llevan tiempo. Lleva casi tres años en su presidencia y se avecinan las elecciones de 2020, lo que obstaculizará su capacidad de atender negocios extranjeros inacabados.
"No culpo al presidente por tener tantos acuerdos abiertos", dijo Nicholas Burns, exsubsecretario de Estado que ha trabajado para presidentes republicanos y demócratas. Le da crédito a Trump por perseguir a China en sus prácticas comerciales y hablar con los talibanes para tratar de poner fin a 18 años de guerra en Afganistán.
"Pero creo que hay que ser duros como ciudadanos y calificarlo", dijo Burns. "¿Cómo está él? Bueno, en mi libro, él no tiene un solo logro importante en política exterior en más de dos años y medio en el cargo".
Los críticos de Trump dicen que la falta de éxito significa que el presidente irá a las Naciones Unidas en una posición debilitada.
Las sillas vacías
Por primera vez desde que se estrenó en el foro hace dos años, las miradas en la Asamblea General ya no estarán tan centradas en las sillas que ocupa Trump como en las que deja vacías.
El mandatario será mañana el gran ausente en la Cumbre para la Acción Climática de la ONU, una cita de alto perfil previa a la Asamblea que ilustrará de nuevo el aislamiento de EEUU en lo relativo a la crisis climática, y tampoco estará en una reunión de alto nivel sobre la cobertura sanitaria universal, otra idea que no respalda.
En un intento de competir con la cumbre del clima, que atraerá a decenas de líderes este lunes, Trump ha organizado su propia cumbre el mismo día y en el mismo edificio de las Naciones Unidas.
El tema que ha elegido es la libertad religiosa, una prioridad de su vicepresidente, el cristiano evangélico Mike Pence, quien le acompañará en ese acto destinado a pedir al mundo "medidas concretas para prevenir los ataques contra la gente debido a su religión", según la Casa Blanca.
El secretario general de la ONU, António Guterres, participará en la cita, pero la Casa Blanca no ha confirmado a ningún otro asistente y no se espera que acudan los líderes de potencias europeas como Francia, el Reino Unido y Alemania.
Esa escasa capacidad de convocatoria no parece preocupar a la Casa Blanca, poco interesada en las grandes iniciativas multilaterales. La verdadera prueba para Trump llegará el martes, cuando pronuncie el tercer discurso de su Presidencia ante la Asamblea General.
Hipérboles y risas
Trump pasó uno de los peores tragos de su mandato el año pasado, cuando la audiencia repleta de diplomáticos en la Asamblea General reaccionó con sonoras carcajadas a su afirmación de que, desde que llegó al poder, se había anotado más logros "que casi ningún otro Gobierno en la historia" de Estados Unidos.
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Aunque seguramente teme convertirse de nuevo en el hazmerreír de la ONU, el mandatario no parece dispuesto a prescindir de las hipérboles.
"Diré que Estados Unidos es el mejor país del mundo, que nunca ha sido más fuerte ni mejor y que tienen uno de los mejores presidentes de nuestra historia", aseguró Trump este jueves.
"El presidente hará una defensa de la soberanía e independencia de los Estados miembros, especialmente en temas de seguridad nacional", y perfilará a los Estados Unidos "como una alternativa positiva al autoritarismo", afirmó una fuente de la Casa Blanca.
Fuente:EFE/AP