San Francisco, California - El último debate del año entre los demócratas que buscan la candidatura del Partido Demócrata a la presidencia de Estados Unidos se tiñó el jueves del espíritu navideño incluyendo pedidos de perdón y la promesa de los aspirantes de que el mejor regalo para el país sería derrotar a Donald Trump.
El encuentro de los siete aspirantes que lograron pasar los requisitos del Comité Nacional Demócrata se llevó a cabo en Los Ángeles, y durante dos horas y media exploró las propuestas de los demócratas sobre salud, economía, educación, relaciones exteriores, inmigración, el proceso de "impeachment" de Trump y también intentó tocar la sensibilidad de los participantes.
La periodista de PBS y moderadora del debate Judy Woodruff sorprendió a los aspirantes al pedirles que escogieran entre pedir una disculpa u ofrecer un regalo.
Los aspirantes, que venían de un álgido debate sobre la cobertura de salud y el financiamiento de estos planes que comenzó con el exvicepresidente Joe Biden y el senador Bernie Sanders, se tomaron su tiempo para reaccionar sobre la pregunta.
Finalmente, los cinco hombres sobre la tarima optaron por dar regalos, y las senadoras Elizabeth Warren y Amy Klobuchar prefirieron pedir perdón.
Warren y Klobuchar se disculparon por las reacciones emocionales que tienen tanto con sus electores como con sus contrincantes.
“Estoy haciendo esto porque creo que es muy importante elegir al candidato adecuado aquí”, dijo Klobuchar al explicar la franqueza con la que se dirige a los otros aspirantes.
Por su parte, el alcalde de South Bend en Indiana, Pete Buttigieg, dijo que le gustaría dar a la nación el regalo de tener a cualquiera de los siete demócratas que se encontraban en el escenario de la universidad Loyola Marymount elegido como presidente, "en comparación con lo que tenemos".
En el mismo sentido, el multimillonario Tom Steyer aseguró que los candidatos deberían obsequiarse la capacidad de trabajar en equipo para unir a la nación, y luchar por encontrar la libertad, la igualdad y la justicia.
Para el senador de Vermont Bernie Sanders, todos los candidatos deberían regalarle al pueblo estadounidense "una visión muy, muy diferente" a la presentada por Trump.
Un poco más escueto, Joe Biden advirtió de que como candidatos demócratas le deben un regalo a los votantes, sin referirse al presidente.
El empresario Andrew Yang, que fue el primero en contestar, dijo que le gustaría regalar a cada candidato una copia de su libro sobre cómo la automatización va a mejorar la economía de la nación.
Yang también envió un mensaje a los votantes de las minorías por ser el único aspirante presente que no era blanco.
"Es un honor y una decepción ser el único candidato de color en el escenario esta noche”, consideró.
“Extraño a Kamala (Harris), extraño a Cory (Booker), pero creo que Cory volverá”, dijo al referirse a los debates, pero se olvidó de Julián Castro, latino y cuya campaña sigue activa.
Sobre los latinos y los afroamericanos, Yang subrayó que tienen poder en número pero enfrentan obstáculos como las disparidades de salud y carecen del poder financiero que domina la política.
Yang también titubeó al ser cuestionado sobre qué haría en caso de llegar a la presidencia con los amparados por el programa de Acción Diferida (DACA), que están peleando por mantener su estatus.
“Inmigración es un tema que los aspirantes no están tomando en serio, nosotros necesitamos que los demócratas debatan sobre este tema”, advirtió Pablo Alvarado, director de la Red Nacional de Jornaleros (NDLON).
Alvarado y cerca de 100 personas más protestaron frente a las instalaciones de la universidad donde se llevó a cabo el debate para exigir que el tema de inmigración tenga más tiempo en esos encuentros.
“Es muy poco tiempo para debatir un tema de estos en un estado como California”, insistió Alvarado.
Fuente:EFE