Washington.- Estados Unidos registró este miércoles 52.898 nuevos casos confirmados de COVID-19, cifra récord para un día, de acuerdo al recuento independiente de la universidad Johns Hopkins.
De esa manera, la cifra total de casos positivos en el país asciende a 2.682.270, con creces la mayor a nivel global. La cantidad de fallecidos en las últimas 24 horas, en tanto, fue de 706. El total asciende a 128.028.
El balance de este miércoles superó el récord anterior de casos nuevos en el país, registrado el pasado 26 de junio con 45.255.
La media de nuevos casos diarios en Estados Unidos está desde la semana pasada por encima de los 40.000, en gran medida debido al repunte en estados del sur y del oeste como Florida, Texas, California y Arizona.
Nueva York, sin embargo, se mantiene todavía como el estado más golpeado en Estados Unidos por la pandemia con 394.079 casos confirmados y 32.043 fallecidos, una cifra solo por debajo de Brasil, el Reino Unido e Italia.
Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 23.104 personas. A Nueva York le siguen la vecina Nueva Jersey con 15.078 muertos, Massachusetts con 8.053 e Illinois con 6.951.
Otros estados con un gran número de fallecidos son Pensilvania con 6.684, Michigan con 6.198, California con 6.152 o Connecticut, con 4.324.
En cuanto a contagios, California es el segundo estado solo por detrás de Nueva York con 233.692. Debido al aumento significativo de los casos, el gobernador Gavin Newsom anunció este miércoles que el estado retrocedería drásticamente en su reapertura.
Las actividades en interiores de restaurantes, cines, museos, bodegas y otros comercios en espacios confinados serán prohibidas durante al menos tres semanas en 19 condados del estado, anunció Newsom.
Todos los bares y cervecerías, ya sean de espacios abiertos o cerrados, también deberán cerrar sus puertas en los condados afectados, que incluyen los muy poblados condados de Los Ángeles y Orange, así como la capital del estado, Sacramento.
“Estos 19 condados representan más del 70% de la población en el estado de California”, dijo Newsom en una rueda de prensa virtual. “Estamos enfocando nuestros esfuerzos a cerrar operaciones en interiores”.
Además, de cara al feriado del 4 de julio, día de la independencia de Estados Unidos, Los Ángeles anunció que cerraría todas la playas de viernes a lunes para evitar las grandes aglomeraciones que caracterizan esta celebración.
La misma medida fue adoptada por las autoridades de Florida, que también se ha convertido en uno de los nuevos epicentros de la pandemia. Las autoridades de los condados sureños, los más poblados, han ido más allá y anunciado nuevas restricciones con miras a evitar que la fecha patria se convierta en un nuevo catalizador de la enfermedad.
El martes, el alcalde del condado de Miami-Dade Carlos Giménez anunció que los restaurantes no podrán servir alcohol después de la medianoche. El miércoles amplió la medida y ordenó que estos establecimientos deberán cerrar sus puertas a la medianoche –algo absolutamente inusual en una región que se caracteriza por ser de las únicas en el país donde se acostumbra a salir hasta altas horas de la madrugada-.
A esto se suma que, mediante una orden ejecutiva, se le prohíbe a los hoteles tener sus piscinas abiertas entre las 8 de la noche y las 6 de la mañana entre el 3 y el 6 de julio.
A nivel nacional, el balance provisional de fallecidos -128.028- ha superado ya la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.
Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que Estados Unidos llegará al mes de octubre con unos 175.000 muertos.
Fuente:Agencias