Santo Domingo.- Se ha convertido en comidilla en círculos políticos y redes sociales la detención durante varias horas de un hombre tras verse involucrado en un incidente con el presidente de la Cámara de Diputados, Radhamés Camacho, en un palco del estadio Quisqueya durante el último juego del Licey y el Escogido.
El detenido es Máximo Eladio Romero Marcial, quien es empleado privado y además imparte clases de orientación a estudiantes de término, a fin de que puedan identificar las carreras de su preferencia.
Romero dice que cuando vio que a Camacho le llevaban un whisky 18 años, le dijo: “Ya que tú estás pidiendo whisky, brinda cerveza a los que estamos aquí, del dinero que tu tienes”.
Dijo que eso causó malestar en el legislador, quien llamó al jefe de su escolta y éste a su vez movilizó a “todo el personal de seguridad” del estadio para detenerle, a lo cual él se resistió. “Intentaron sacarme con la versión de que habíamos tirado agua, lo cual es imposible por la distancia donde yo estaba. La otra versión es que le tiré una pelota, y eso también es un absurdo”, enfatizó.
Afirmó que en diferentes oportunidades Camacho le gritaba: “Ven, a darte las cervezas!!”.
Un «gran contingente» para apresarlo
Relató que él (Máximo) salió del estadio “escoltado” por otros fanáticos y afuera se encontró con “un gran contingente de militares, bien apertrechados”, quienes inmediatamente lo esposaron y lo condujeron detenido.
Un video que recoge las incidencias de antes, durante y después de la detención fue grabado por uno de los fanáticos que le acompañaban y ahora circula profusamente en las redes sociales.
“Me montaron en una camioneta como un delincuente común y amanecí en la 40 de Cristo Rey simplemente por expresar mi indignación”, añadió.
Al día siguiente la Fiscalía Comunitaria de Cristo Rey le otorgó la libertad pura y simple el Ministerio Público ordenó su libertad tras considerar que no había contra él ningún elemento penal que justificara su prisión.
No se arrepiente
Romero Marcial definió su encarcelamiento como una “alta arbitrariedad” y dijo que no se arrepiente de haberle gritado a Camacho, porque -a su juicio- es motivo de indignación que “una persona que tiene tantas acusaciones publicas vaya a un lugar publico a hacer alarde de todo lo que tiene”.
Indicó que se trata de una persona que, de ser un simple profesor y tras permanecer unos años en la Cámara de Diputados, exhibe una gran fortuna.
Fuente.Externa