Naciones Unidas.- La negativa de la ONU a admitir que sus "cascos azules" fueron responsables del inicio de la epidemia del cólera en Haití es un "escándalo", aseguró hoy un experto en derechos humanos de la propia organización.
Philip Alston, relator especial de la ONU sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, criticó duramente la gestión de este caso hecha por Naciones Unidas y, especialmente, la labor de sus asesores legales.
"La negación explícita y sin reservas de cualquier cosa más allá de una responsabilidad moral es un escándalo", dijo Alston, con motivo de la presentación a la Asamblea General de un informe sobre este asunto.
El texto fue entregado a la organización este verano y, en parte, llevó a la ONU a admitir finalmente que tuvo un papel en el inicio de la epidemia, que ha dejado más de 9.000 muertos en Haití.
En paralelo, Naciones Unidas anunció la puesta en marcha de un nuevo plan de asistencia al país, del que tiene previsto presentar los detalles en las próximas semanas.
La iniciativa incluirá entre otras cosas "asistencia material" a las familias de los fallecidos por la enfermedad, para lo que la ONU está tratando de reunir unos 200 millones de dólares.
Pese a que consideró que algunas de estas acciones son "esperanzadoras", Alston se mostró hoy insatisfecho con los anuncios de la organización y, especialmente, con su resistencia a admitir abiertamente su responsabilidad.
"Si Naciones Unidas directamente rechaza asumir responsabilidades por violaciones de los derechos humanos, está burlándose de sus esfuerzos para hacer que Gobiernos y otros rindan cuentas", dijo en un comunicado.
En su informe, Alston critica abiertamente a la Oficina de Asuntos Jurídicos de la ONU por mantener una postura "artificial" y "sin fundamento" para que la organización no admita ninguna responsabilidad legal.
Según el experto, esa posición se explica en buena parte por la actitud de Estados Unidos, que es el principal contribuyente financiero a las operaciones de paz de Naciones Unidas.
En una conferencia de prensa, Alston dijo que ha habido una "enorme presión política" y aseguró que ha tratado sin éxito de lograr que Washington exprese públicamente su postura sobre el caso.
En su opinión, las autoridades estadounidenses parecen haber insistido para que no se acepte voluntariamente esa responsabilidad con el fin de evitar posibles repercusiones legales en el futuro.
Para Alston, esa lógica "es totalmente inaplicable a la ONU, que disfruta de absoluta inmunidad ante demandas en tribunales nacionales, y cuya reputación depende casi por completo de ser percibida como alguien que actúa con integridad".
En los últimos años, varios grupos de víctimas demandaron sin éxito a Naciones Unidas ante la Justicia para obtener compensaciones, casos en los que la organización siempre defendió su inmunidad.
Según diversos estudios, el brote de cólera supuestamente se originó en 2010 por un vertido de residuos fecales a un río por parte de "cascos azules" de nacionalidad nepalí.
Alston defendió hoy que ante casos de "negligencia", la ONU debería aceptar las demandas de las víctimas y establecer un proceso para darles respuesta de forma adecuada.
Aunque el nuevo plan de ayuda contra el cólera en Haití incluirá a priori pagos directos a las familias de las víctimas y a las comunidades más afectadas, Naciones Unidas no usa para ellos términos como "reparación" o "compensación".
"No estamos hablando de nada más que una responsabilidad moral", dijo este lunes a un pequeño grupo de periodistas David Nabarro, asesor especial del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y uno de los encargados de gestionar este nuevo enfoque.
Para Alston, sin embargo, no hay ningún tipo de justificación para no asumir abiertamente la culpa.
"Si la ONU quiere salvar su reputación y credibilidad, que han sido severamente dañadas por la crisis del cólera, y asegurar que este caso no la persiga para siempre, necesita hacer lo correcto y admitir responsabilidad jurídica", opinó.
Fuente:EFE