El exdirector del FBI James Comey probablemente no acusará al presidente Donald Trump de interferir en la investigación sobre presuntos vínculos entre su equipo de campaña electoral y funcionarios rusos cuando testifique en el Congreso esta semana, dijeron fuentes legales.
La anticipada presentación de Comey ante la Comisión de Inteligencia del Senado, el jueves, podría ser un momento clave en la controversia que ha estremecido el joven gobierno de Trump.
En sus primeras declaraciones desde que Trump lo despidió el mes pasado, se espera que Comey diga a la Comisión de Inteligencia del Senado que el Presidente le preguntó durante una reunión en la Oficina Oval que ponga fin a la investigación del FBI sobre los vínculos entre el ex asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Michael Flynn, y Rusia.
Comey también brindaría detalles de otras conversaciones con Trump.
Dos expertos legales dijeron a Reuters que Comey trataría de evitar comprometer la nueva investigación del fiscal especial Robert Mueller o las investigaciones separadas sobre el tema que realizan comisiones de ambas Cámaras del Congreso.
“Yo esperaría que se apegue mucho a los hechos y eventos”, dijo Jack Sharman, un abogado de la firma Lightfoot, Franklin y White, ex asesor especial de una Comisión del Congreso que investigó al presidente Bill Clinton en los años noventa.
Otra fuente que prefirió no ser identificada, dijo que Comey no cree que es su papel acusar al presidente o alguien más de obstrucción de la justicia o ningún otro delito.
Un reporte desclasificado de las agencias de inteligencia de Estados Unidos en enero, concluye que el presidente ruso Vladimir Putin ordenó una campaña no solo para socavar la confianza del sistema electoral estadounidense sino para afectar el resultado de la elección.
Comey dijo a la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el 20 de marzo, que el FBI estaba investigando el papel de Moscú en la elección, incluida la posible colaboración con la campaña de Trump.
El presidente despidió a Comey el 9 de mayo, en una decisión que sorprendió a Washington y que intensificó el escrutinio del tema.
Michael Flynn, el ex asesor de seguridad nacional de Trump fue despedido en febrero. La Casa Blanca dijo que no había dicho toda la verdad al vicepresidente Mike Pence sobre sus contactos con el embajador de Rusia en EE.UU., Sergei Kislyak, antes de que Trump asumiera el poder.
Fiscales del gobierno emitieron citatorios de gran jurado el mes pasado solicitando archivos de negocios de personas que trabajaron con Flynn cuando él era un ciudadano privado.
El panel de Inteligencia del Senado también emitió su primer citatorio en su investigación de Rusia, y exigió documentos de Flynn. Unas 600 páginas de esos documentos fueron entregadas el martes.
En medio de la gran expectativa sobre el testimonio que ofrecerá el ex director del FBI, James Comey, ante la Comisión de Inteligencia del Senado, el presidente Donald Trump solo deseó “buena suerte” a James Comey, mientras sus voceros afirmaron que el mandatario enviaría enviaría tuits durante la audiencia “si es necesario”.
La Casa Blanca y sus aliados están luchando para compensar los posibles daños que pudiera causar el esperado testimonio del ex director del FBI.
El martes, en la Casa Blanca, antes de reunirse con un grupo de legisladores,Trump fue interrogado por periodistas sobre el testimonio de Comey, y se limitó a responder que le deseaba suerte.
El presidente ha afirmado que Comey le dijo tres veces que no estaba personalmente bajo investigación, mientras que los que defienden al ex director del FBI alegan que Trump le preguntó a Comey si podía retirar una investigación sobre Michael Flynn, quien fue despedido como consejero de seguridad nacional porque engañó a la Casa Blanca sobre sus lazos con Rusia.
El diario The Washington Post informó que Trump quiere ser quien “conduzca el proceso” durante el testimonio de Comey, lo que hace suponer que lo seguirá en vivo y posiblemente escribirá una serie de tuits.
A la Casa Blanca le gustaría mantener alejado de Twitter y la televisión al presidente Donald Trump el jueves, pero parece ser un esfuerzo en vano. El portavoz Sean Spicer, detalló durante la habitual conferencia de prensa diaria una extensa agenda de trabajo programada para Trump el jueves, aunque dijo que el presidente “va tuitear si ve la necesidad”.
El senador John McCain, aunque no forma parte del Comité de Inteligencia del Senado, ha sido invitado a participar de la audiencia deJames Comey.
Agregándose a los rumores sobre la investigación de Rusia, CNN informó el martes que el Secretario de Justicia Jeff Sessions han tenido varias discusiones acaloradas en las últimas semanas después de que Sessions decidió apartarse de la investigación sobre Rusia.
Una fuente familiarizada con el asunto, descrita por la cadena de televisión como un alto funcionario del gobierno, dijo que en un momento Sessions ofreció renunciar si Trump ya no lo quería en el cargo.
La frustración llega en un momento difícil para el presidente, dice un reporte en la página web de CNN, porque el ex director del FBI James Comey testificará sobre sus conversaciones privadas con Trump y la investigación de Rusia se ha extendido incluso hasta el asesor y yerno del presidente, Jared Kushner.
El martes por la tarde, el secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, declinó confirmar si el presidente Trump todavía tenía confianza en el secretario Sessions.
“No he hablado con él sobre eso”, fue lo único que dijo Spicer.
Para las 9 de la noche, la Casa Blanca todavía no respondía la pregunta. Un funcionario de la mansión ejecutiva dijo que quería evitar una repetición de lo que le pasó a la asesora Kellyanne Conway, cuando dijo que Trump todavía tenía confianza en Michael Flynn solo horas antes de que se enterara que el asesor de seguridad nacional había sido despedido.
Una vocera en el Departamento de Justicia dijo a CNN que Sessions no va a renunciar.
Fuente:Externa