Washington.- Estados Unidos celebra este lunes el 50 aniversario de la legalización del matrimonio interracial gracias a una célebre sentencia del Tribunal Supremo, conocida como “Loving contra Virginia” y que inmortalizó la historia de amor del matrimonio Loving.
Mildred Delores Jeter y Richard Perry Loving se conocieron cuando ella tenía 11 años y él 17. Ella tenía la piel negra porque tenía ascendientes afroamericanos y nativos americanos, mientras que él era blanco porque sus ancestros eran europeos.
Se enamoraron, ella quedó embarazada cuando tenía 18 años y, entonces, decidieron que la mejor opción era viajar hasta Washington para casarse y luego volver a su hogar en Central Point, una comunidad rural del sureño estado de Virginia donde el matrimonio interracial estaba prohibido por una ley de 1924.
Cinco semanas después de la boda, el 11 de julio de 1958, el sheriff del condado y dos de sus subordinados irrumpieron en la casa mientras dormían. Les sorprendieron en la cama y, deslumbrándoles con unas linternas, uno de ellos preguntó: “¿quién es esta mujer con la que estás durmiendo?”.
“Mi esposa”, respondió inocente Richard, quien a continuación señaló el certificado de matrimonio de Washington que habían enmarcado y colgado de la pared.
“Eso no es válido aquí”, respondió el sheriff, según la recolección de los hechos que figura en documentos judiciales y que han sido reproducidos en el cine y la literatura.
Tras pasar unos días en la cárcel, declararon ante un juez y admitieron haber violado la ley que prohibía el matrimonio interracial en Virginia. Entonces, el magistrado les dio dos opciones: un año en la cárcel o abandonar inmediatamente Virginia con la promesa de no volver juntos en un plazo de 25 años.
Huyeron de su tierra natal y se mudaron a una pequeña casa en Washington, donde criaron a sus tres hijos, Donald, Peggy y Sidney.
Llegó 1963 y la añoranza se volvió demasiado fuerte. Inspirada por la lucha de Martin Luther King y por las multitudinarias marchas en Washington, Mildred escribió una carta al entonces fiscal general Robert F. Kennedy, quien puso su caso en manos de la Unión para las Libertades Civiles en América (ACLU).
Bernard Cohen y Philip Hirschkop, dos abogados de ACLU, la organización de derechos civiles más importantes de EE.UU., se hicieron cargo del caso y lo llevaron hasta el Tribunal Supremo.
El 12 de junio de 1967, por unanimidad, los nueve jueces del alto tribunal fallaron a favor del matrimonio Loving y declararon inconstitucionales las leyes antimestizaje que prohibían el matrimonio interracial, entonces vigentes en 16 de los 50 estados de Estados Unidos.
En su sentencia, lo jueces consideraron que leyes como las de Virginia estaban diseñadas para mantener la “supremacía de la raza blanca” y, por tanto, iban en contra la Decimocuarta Enmienda a la Constitución de EE.UU., que declara que todos los ciudadanos son iguales bajo la ley.
La pareja, que guardó un perfil muy bajo, se enteró de la buena noticia por teléfono.
El futuro, sin embargo, les deparó un golpe de mala suerte. En 1975, un conductor borracho golpeó el coche en el que viajaba el matrimonio, matando a Richard que entonces tenía 41 años y haciendo que Mildred perdiera su ojo derecho.
La mujer, apodada “habichuela” (“bean”) por su delgadez, falleció el 2 de mayo de 2008 en su hogar de Central Point por una pulmonía.
Un año antes de morir, en 2007, con ocasión del 40 aniversario de la decisión del Tribunal Supremo, Mildred publicó un comunicado en el que recordaba su romance con Richard y pedía la legalización del matrimonio entre las personas del mismo sexo, entonces prohibido en casi dos decenas de los estados del país.
“Creo que todos los estadounidenses, sin importar su raza, sin importar su sexo, sin importar su orientación sexual, deberían de tener la misma libertad para casarse”, declaró entonces Mildred.
El Tribunal Supremo legalizó el matrimonio homosexual el 26 de junio de 2015 en un popular caso conocido como “Obergefell contra Hodges” y que legalmente fue posible, en parte, gracias a la lucha que libró el matrimonio Loving.
Hace 50 años, el reconocimiento del matrimonio interracial supuso una de las últimas victorias del movimiento de la lucha por los derechos civiles, que ya había acabado en 1954 con la segregación en las escuelas y que, en 1965, consiguió que se proclamara la Ley del Derecho al Voto para garantizar el sufragio de las minorías.
No obstante, aunque el fallo de 1967 acabó con las leyes antimestizaje, los estados sureños tardaron cierto tiempo en cambiar sus constituciones para permitir el matrimonio entre cónyuges de distintas razas. El último estado en cambiar sus leyes para permitir el matrimonio interracial fue Alabama en el año 2000.
Fuente:EFE
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