Honolulu, Hawaii, EE.UU.- Luego de pasar dos semanas de sol y diversión en su Hawaii natal, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, regresó el domingo al frenesí de la capital del país y dijo estar "motivado" para su último año en el cargo y listo para abordar asuntos sin resolver, en especial el tema de la violencia con armas de fuego.
Su máxima prioridad es tomar acciones ejecutivas que se espera expandan las comprobaciones de historial necesarias para comprar armas. Obama se reunirá el lunes con la fiscal general, Loretta Lynch, para abordar una revisión de tres meses sobre qué opciones podrían tomarse para ayudar a reducir la violencia con armas.
Esta acción, que encuentra una férrea oposición republicana y probablemente dará pie a una batalla legal, subraya el deseo de Obama de mantener una estrategia enérgica en 2016 aunque la atención de la gente empiece a centrarse en las próximas elecciones presidenciales.
Obama pasó buena parte de sus vacaciones lejos de la vista pública, jugando golf con amigos y cenando en restaurantes de la isla de Oahu con su familia. También trabajó en su último discurso sobre el Estado de la Nación, previsto para el 12 de enero.
Esa comparecencia ante el Congreso es una gran oportunidad para que el presidente intente tranquilizar a la gente sobre su estrategia de seguridad nacional tras los atentados terroristas en París y San Bernardino, California. Obama también buscará otras oportunidades para mantener la seguridad en primer plano en un intento por calmar las preocupaciones de los estadounidenses, señalaron asesores.
"En las próximas semanas y meses, el pueblo estadounidense puede contar con que el presidente seguirá comunicándose directamente sobre su compromiso en la lucha contra el terrorismo y para proteger el país", dijo su portavoz Eric Schultz.
Los republicanos en el Congreso han esbozado unos planes rivales para enero, señalando que pasarán los primeros días del año intentando de nuevo eliminar piezas clave de la ley de seguro médico del presidente y poner fin al financiamiento federal para Planned Parenthood. Es improbable que esa propuesta se convierta en ley, pero resulta popular entre las bases del Partido Republicano en un año electoral.
El debate sobre las medidas de Obama en materia de armas se extenderá con rapidez a la campaña presidencial. La favorita de la carrera demócrata, Hillary Clinton, ya ha pedido acciones ejecutivas más agresivas en este campo, mientras que los aspirantes republicanos se oponen en gran parte a aumentar las comprobaciones de historial o a otras medidas que limiten el acceso a las armas.
En su comparecencia seminal en la radio, Obama dijo que miles de personas han muerto por violencia de armas de fuego desde que la legislación sobre comprobaciones de historial se vio paralizada hace tres años.
"Cada vez, nos dicen que las reformas de sentido común como las comprobaciones de historial podrían no haber impedido la última masacre o la anterior a esa, así que no deberíamos hacer nada", dijo Obama. "Sabemos que no podemos detener cada acto de violencia. Pero, ¿y si intentáramos detener aunque fuera uno?".
Los vendedores de armas con licencia federal tienen obligación legal de comprobar el historial delictivo de los compradores antes de completar una venta. Pero los grupos defensores del control de armas señalan que algunas personas que venden armas de fuego en ferias del sector no tienen licencias federales, lo que aumenta las posibilidades de ventas a personas a las que la ley prohíbe adquirir armas.
Pese a sus profundas diferencias con los republicanos, Obama ha planteado dos proyectos para 2016 con apoyo bipartidista: un acuerdo de libre comercio con otros 11 países llamado el Acuerdo Trans Pacífico (TPP, por sus siglas en inglés) y cambios en el sistema de justicia penal que reducirían la tasa de personas encarceladas por delitos no violentos. Obama suele señalar que Estados Unidos supone el 5% de la población mundial, y el 25% de sus presos.
Fuente: AP
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