Nueva York.- El dolor devora el corazón de Rossy Mancebo, quien dedicó su vida al cuidado de su pequeño Kingston, de siete años. El niño con síndrome de Down fue la luz de su hogar, hasta que la muerte se lo arrebató.
Kingston sucumbió a sus heridas el miércoles tras caer desde la ventana de un noveno piso de un edificio de vivienda pública. El accidente ocurrió el sábado por la mañana, según el reporte de la policía.
No hay palabras que aplaquen el suplicio de Rossy, pero esta madre dominicana ha demostrado entereza y bondad incluso en el episodio más oscuro de su vida, pues tomó la difícil decisión de donar los órganos de su pequeño para brindarles un regalo de vida a otras familias.
Desde su hogar en el vecindario de Soundview, El Bronx; Rossy suplicó a otros padres que abracen a sus hijos y que les expresen su amor cada día, pues nunca se sabe cuándo será la última vez que los verán con vida.
“Voy a celebrar su vida de la mejor forma”, expresó Rossy con el rostro empapado de lágrimas.
“Tenía un corazón de oro, no conocía el mal, ni el odio. No había conocido un ser así en mi vida”, recordó la afligida madre.
El pequeño Kingston murió en el Hospital Jacobi tras días de agonía. La Policía informó que el niño empujó un trozo de cartón que cubría el hueco de un aire acondicionado instalado en la sala de la vivienda, fue así como cayó al vacío y sufrió un trauma severo en la cabeza.
“Fueron siete años divinos con todo y su condición”, narró la madre.
Rossy declaró que desconectar del soporte vital a su pequeño “King” fue la decisión más difícil que ha tomado en la vida, aunque le consuela que su hijo vivirá en las 10 personas que recibirán sus órganos como una fuente de vida.
“Hay familias llorando de felicidad, no porque mi hijo falleció, sino porque sus seres queridos renacieron a través de mi hijo”, expresó.
La familia planea una vigilia este viernes a las 6:30 p.m. en memoria de King.
Fuente:Telemundo
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