Evitar que los menores de edad caigan en adicciones y conductas potencialmente dañinas es clave para padres y maestros y bastante es lo que, por ejemplo, se ha realizado para concientizar en torno a problemas como el tabaquismo, el alcoholismo y la farmacodependencia entre los adolescentes. Mucho más queda ciertamente por hacer pero, ¿qué puede hacerse en hogares y escuelas cuando empresas producen y comercializan artilugios que permiten consumir sustancias adictivas de modo clandestino?
Esa es la nueva inquietud que afecta a muchos ante los dispositivos camuflados de “vaping” o “vapeo”, práctica que consiste en la inhalación de vapores usualmente imbuidos de nicotina (pero también de compuestos de marihuana) mediante “cigarrillos electrónicos”.
Como relata Anna María Barry-Jester para Kaiser Health News, los artilugios para permitir que personas realicen vaping de modo oculto o discreto que están disponibles en el mercado son numerosos y punzantemente ingeniosos, y van más allá del mero cigarrillo electrónico: sudaderas con capucha y cordón para vapear, relojes digitales que esconden un dispositivo de vapeo, artilugios de vaping similares a una memoria USB.
La práctica del vaping ha sido recientemente vinculada a altos riesgos de enfermedades cardiovasculares y respiratorias y se han registrado a la fecha al menos 1,080 casos de personas con lesiones pulmonares asociadas al uso de cigarrillos electrónicos, de acuerdo al Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Y el panorama es inquietante pues más del 25% de los estudiantes de secundaria dijeron haber practicado el vapeo en el último mes, de acuerdo a cifras citadas por KHN, por lo que habría miles y miles de menores de edad que podrían estar en riesgo de desarrollar enfermedades pulmonares.
La variedad de dispositivos, muchos de ellos fácilmente confundibles con objetos inocuos o ajenos al vaping, hacen mucho más difícil para padres y maestros la supervisión de los adolescentes, quienes son en Estados Unidos y otras partes del mundo consumidores intensos de cigarrillos electrónicos.
Un reloj digital de pulsera que es también un dispositivo para cigarrillos electrónicos.
Los productos de vapeo de sabores han atraído poderosamente a los adolescentes, que de ese modo se han vuelto consumidores, y adictos, a la nicotina. Pero también se dan casos en que el vaping incluye cartuchos de aceites de marihuana (muchos de las personas que enfermaron por usar cigarrillos electrónicos consumieron con ellos productos con THC, el compuesto activo de la marihuana).
Como recuerda KHN, varios estados han prohibido o trabajan para prohibir los productos de vaping de sabores y se dan esfuerzos para controlar productos “pirata” o falsificados, de los cuáles no se conocen todos sus ingredientes. Muchas escuelas han también prohibido el vaping en sus instalaciones e incluso también los dispositivos USB, para evitar así que se introduzcan cigarrillos electrónicos que se asemejan a esas memorias.
¿Pero pueden prohibirse los relojes de pulsera, las sudaderas y demás? ¿Cómo pueden padres y maestros vigilar a los menores para que no incurran en prácticas de vaping cuando el mercado mismo les ofrece artilugios camuflados para vapear con mayor secreto?
Fuente:Yahoonoticias
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