Santiago de Chile.- El papa Francisco manifestó ayer “dolor” y “vergüenza” por el “daño irreparable” causado a algunos niños por sacerdotes pederastas, durante una visita a Chile empañada por protestas que dejaron medio centenar de detenidos.
“No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia”, dijo el papa en el palacio de La Moneda, donde fue recibido por la presidenta saliente, Michelle Bachelet, suscitando los aplausos de los asistentes.
Más tarde, en un encuentro con religiosos en la catedral de Santiago, los instó a tener “la valentía de pedir perdón”.
“Sé que a veces han sufrido insultos en el metro o caminando por la calle; que ir vestido de cura en muchos lados se está pagando caro”, dijo el papa, visiblemente preocupado por este asunto que no solo mancilla la imagen de la Iglesia sino que está produciendo una desconfianza galopante de los chilenos en la institución.
En Chile, casi 80 religiosos abusaron de menores desde el 2000, según una lista distribuida la semana pasada por la ONG estadounidense Bishop Accountability.
Uno de los casos más emblemáticos que marcaron a la sociedad chilena es el del sacerdote Fernando Karadima, denunciado en 2010 por varias víctimas y que el Vaticano condenó a retirarse “a una vida de oración y penitencia”.
En los últimos días se ha intensificado la presión al pontífice, que prometió al inicio de su papado hace casi cinco años tolerancia cero con los abusos, para que se castigue a los culpables y a los encubridores y se destierre esta lacra que tantas víctimas ha causado en todo el mundo.
– No basta con pedir perdón –
Pero para las víctimas, pedir perdón “no es suficiente”. “Necesitamos actos concretos que el papa no toma en la Iglesia chilena contra los abusadores”, dijo a la AFP Juan Carlos Claret, vocero de la asociación de laicos de Osorno, que lucha para que se expulse al obispo Juan Barros, señalado como encubridor del caso Karadima.
Barros coofició la misa con Francisco, desatando la ira en las redes sociales.
“Si el papa se va de Chile sin el compromiso de investigar la complicidad de los líderes de la Iglesia, la desconfianza en la Iglesia se va a agudizar”, advierte Anne Barrett Doyle, codirectora de BishopAccountability en un comunicado.
– Protestas –
Cerca de medio centenar de personas, según un recuento preliminar de los carabineros, fueron detenidas en las protestas realizadas a la entrada del Parque O’Higgins contra el gasto que está generando para el Estado la visita del papa y contra los abusos de curas pederastas. Las manifestaciones se dieron durante la “misa de la paz”, que reunió a 400.000 personas.
Entre gritos de “morir luchando” y “cómplices pederastas”, los manifestantes fueron dispersados por los carabineros con mangueras de agua.
Un hombre disfrazado de papa y otros dos vestidos con hábitos de monja salieron desde un balcón de un edificio vecino y exhibieron una pancarta con la leyenda: “Francisco, cómplice de crímenes pedófilos”.
En la madrugada de este martes se registraron tres nuevos ataques contra iglesias, en una comuna de Santiago y en La Araucanía (sur), que se suman a otros cinco que se produjeron el fin de semana pasado.
El papa ha llegado al país más hostil de América Latina con la Iglesia católica y en pleno cambio social: acaba de aprobar el aborto terapéutico y tramita en el Parlamento el matrimonio homosexual tras la adopción de la unión civil de parejas del mismo sexo, así como una ley de identidad de género.
El Vaticano no esconde que el viaje a Chile, el segundo de un papa tras el que realizó en plena dictadura militar (1973-1990) Juan Pablo II, es una de las más complejos que ha realizado el papa argentino.
– Sermón al clero chileno –
En este sentido, Francisco culpó en cierta manera a los representantes de una iglesia chilena, considerada por algunos como alejada de los fieles.
“No somos superhéroes que, desde la altura, bajan a encontrarse con los ‘mortales'”, criticando una actitud “elitista”.
El pueblo prefiere “pastores, consagrados, que sepan de compasión, que sepan tender una mano, que sepan detenerse ante el caído”, recordó, antes de recordar que “no existe la selfie vocacional. La vocación exige que la foto te la saque otro”, ilustró con una sonrisa, suscitando las carcajadas de la audiencia.
Poco antes, el papa había visitado una cárcel de mujeres -una de las actividades que más aprecia en sus giras- para recordarles que la dignidad no se le “toca a nadie” y abogar por los programas de reinserción.
– Indígenas y migrantes –
Tras concluir su primera jornada en Chile con un paseo en papamóvil por el centro de Santiago, donde le aguardaban decenas de centenares de personas bajo un sol de justicia, y un encuentro privado con sacerdotes de la Compañía de Jesús, su congregación, el papa tiene previsto viajar el miércoles a Temuco, en el corazón de La Araucanía, que vive tensiones por las reivindicaciones de tierras ancestrales de grupos de mapuches.
El jueves, antes de proseguir su visita a Perú, Francisco viajará a Iquique (norte), epicentro de la inmigración, que junto con los pueblos originarios son objeto de sus desvelos.
Fuente:Externa
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