Doral.- El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, dijo el viernes que el estatus temporal que protege a decenas de miles de sus compatriotas está en la mesa de conversaciones con Estados Unidos y expresó su confianza en que será renovado por el gobierno de Donald Trump.
El mandatario hondureño admitió, no obstante, que se trata de una decisión soberana de Estados Unidos y dijo que seguirá trabajando por los migrantes de su país, buscándoles oportunidades “y recordando que en la economía norteamericana existen espacios vitales que de una manera u otra son sustentados por una mano de obra como la nuestra”.
Hernández formuló sus declaraciones poco antes de presenciar una ceremonia de graduación de 10 policías de su país y 20 de Guatemala que fueron entrenados por una fuerza especial de Miami. En el evento estuvo también su homólogo guatemalteco Jimmy Morales, que destacó que seguirá trabajando para que existan mejores condiciones para los migrantes de su país en Estados Unidos.
Unos 86,000 hondureños están amparados por un estatus migratorio temporal conocido como TPS, que vence en enero de 2018. La preocupación de los hondureños por conservar este beneficio se debe a que recientemente el gobierno de Trump renovó sólo por seis meses el estatus temporal que protege a unos 58,000 haitianos desde el terremoto de 2010, mientras que la anterior administración de Barack Obama lo había hecho por 18 meses.
Las propuestas restrictivas sobre migración legal e ilegal que alienta Trump han causado temor entre los centroamericanos protegidos por el TPS. Además de los hondureños, hay unos 260,000 salvadoreños y 5,000 nicaragüenses.
Nicaragua y Honduras fueron amparadas por el TPS en 1999, tras la destrucción provocada por el huracán Mitch, mientras que El Salvador recibió esa designación en 2001, después de una serie de terremotos.
Hernández dijo que los argumentos que han servido para renovar el TPS han sido “muy poderosos” y algunos de ellos aún están vigentes. Entre ellos mencionó las prolongadas sequías y los huracanes que han afectado a Centroamérica y la inseguridad por la combinación narcotráfico y pandillas, que también afecta a Estados Unidos, dijo.
El entrenamiento de las fuerzas policiales de Honduras y Guatemala en Miami se extendió durante tres semanas, e incluyó clases de procedimientos médicos de emergencia, manejo de armas, cómo liberar a víctimas de secuestros, cursos de francotiradores y de cómo educar a pares en sus países, entre otras cosas.
Fuente:AP
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