martes, 16 de mayo de 2017

Édouard Philippe, un premier elegido para dividir la derecha francesa

A los 46 años, Édouard Philippe, el alcalde conservador de la ciudad portuaria de Le Havre, a la vera del Canal de la Mancha, un dirigente considerado moderado y de menor peso político, se convirtió hoy en el primer ministro de Francia y la opinión generalizada en el país es que su misión será terminar de quebrar la derecha y sumar apoyos al nuevo presidente, Emmanuel Macron,

Nacido en Rouen, en el norte de Francia, en 1970, hijo de dos profesores de francés, coqueteó de joven con el Partido Socialista y se alineó detrás del ex primer ministro y bastión del sector más liberal de la fuerza, Michel Rocard. Cuándo éste fue expulsado, Philippe viró hacia el campo conservador, donde pronto se acomodaría bajo el ala del también ex primer ministro, Alain Juppé.

Philippe tuvo la educación modelo de la gran mayoría de la dirigencia política -la universidad Sciences Po y luego la Escuela Nacional de Administración (ENA)-, como Macron, y osciló a lo largo de su carrera entre la política y el mundo privado, también como el flamante presidente.

Philippe supo ser duro con Macron cuando su padrino político, Juppé, seguía teniendo chances de competir en las elecciones presidenciales: "Hay dos Macron. El de los discursos, con el que estoy a menudo de acuerdo, y el de los hechos, del que no se puede decir que haya hecho cosas considerables. (...) Para algunos, impresionados por su poder de seducción y su retórica reformista, sería el hijo natural de Kennedy y de Mendès France. Es cuestionable. El primero tenía más carisma y el segundo más principios".

Sin embargo, cuando Juppé perdió las internas en noviembre pasado y el candidato de los conservadores, Francois Fillon, quedó sepultado por denuncias de corrupción y hasta un procesamiento judicial, pocos meses después, Philippe -un escritor de novelas de intriga política, fan declarado de Bruce Springsteen y de la trilogía El Padrino- fue uno de los primeros dirigentes de Los Republicanos en abandonar la campaña.

Hoy el flamante premier se reivindica como un firme defensor de la renovación de la política, de la superación del histórico clivaje derecha-izquierda. En otras palabras, coincide con Macron y su propuesta de crear una alternativa, un plan que se parece mucho a la Tercera Vía que lanzó hace un tiempo Tony Blair en el vecino Reino Unido.

Mientras algunos analistas internacionales interpretaron su designación como un intento por equilibrar el entorno de Macron, donde ya figuran varios socialistas, que compartieron gobierno con el actual presidente cuando era el ministro de Economía de Francois Hollande, entre 2014 y 2016; la prensa local lo leyó de otra manera: la misión de Philippe será terminar de dividir la derecha y sumar los restos a su nueva fuerza política en las próximas elecciones legislativas del 11 y 18 de junio.

Poco después de que Macron designara a Philippe, 21 funcionarios electos de Los Republicanos (LR) y de la principal fuerza centrista, la UDI, publicaron una carta abierta en la que le pedían a sus "familias políticas" que "respondan a la mano tendida por el presidente de la República".

"Más que anatemas, caricaturas, exclusiones, les pedimos solemnemente a nuestra familia política que esté a la altura de la situación de nuestro país y de lo que esperan los franceses, quienes, después de la elección de Emmanuel Macron, esperan que nosotros responsamos al interés general", escribieron los funcionarios conservadores y de centro, entre ellos en la carta publicada por los medios locales.

Casi de inmediato, la cúpula conservadora se hizo eco de esta incipiente grieta.

"¿El primer ministro apoyará a los candidatos de ¡En Marcha! del presidente de la República, que lo acaba de designar, o apoyará a los candidatos de la alianza LR y UDI, los de su familia política?", se preguntó el secretario general Bernard Accoyer, en una conferencia de prensa.

La nominación de Philippe y la reacción de la cúpula conservadora inmediatamente hicieron recordar las palabras que el propio Macron le dijo a su equipo después de su victoria en las urnas, según mostró un programa especial del canal de France 2 el jueves pasado: "Por razones políticas, las cúpulas no vendrán. Lo sabemos bien, hicimos ese diagnóstico hace tiempo. Por eso, yo no intentaré convencerlos de que vengan, buscaré desestabilizarlos abriéndole los brazos, para que el costo de la ruptura esté de su lado".
Fuente:Tèlam

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