El candidato conservador a la Presidencia de Francia, Francois Fillon, se convirtió hoy en la primera víctima política de la debacle de los partidos tradicionales en las elecciones de ayer, al renunciar como líder de su partido y anunciar que no se presentará a las legislativas de junio, tras quedar tercero y no llegar al balotaje.
Un día después de los comicios, en los que quedaron afuera los dos grandes partidos franceses de derecha e izquierda, Los Republicanos (LR) y el Partido Socialista (PS), respectivamente, el ex primer ministro Fillon dijo sentir que ya no tiene mandato de las bases para ser cabeza de lista en las legislativas.
"En las legislativas comienza una nueva batalla (...) No tengo la legitimidad para librarla con ustedes, dijo el dirigente de derecha durante la reunión del Comité Político de su partido, Los Republicanos, cuyo liderazgo ahora deja.
Fillon, quien se había hecho con las riendas de la agrupación al imponerse en las primarias de noviembre pasado, figuraba a fines de 2016 como favorito para convertirse en el próximo presidente francés.
Sin embargo, su carrera hacia el Elíseo descarriló en enero pasado ante la sospecha de que contrató a su esposa como asesora cuando era diputado sin que ella desempeñara las tareas, por las que fue retribuida con cientos de miles de euros de dinero público.
En las elecciones de ayer, Fillon consiguió el 19,9 % de los votos y quedó tercero por detrás del centrista Emmanuel Macron, con 24,01 % y de la ultraderechista Marine Le Pen, que obtuvo 21,3%.
Tras su derrota, pidió a sus seguidores que apoyen a Macron en la segunda vuelta del 7 de mayo para frenar a Le Pen.
"Sigo pensando que nuestra línea política responde a las esperanzas de una gran parte de los franceses", indicó el ex candidato, que resumió su programa en "una síntesis entre libertad y autoridad, tradición y modernidad, patriotismo y Europa".
Fillon aseguró que corresponde a las instancias dirigentes de LR decidir la línea a seguir, pero les recomendó fidelidad "a esos valores".
En el mismo comité en el que el candidato derrotado anunció que daba un paso al costado, el secretario general de LR, Bernard Accoyer, emitió un comunicado en el que asegura que "la abstención no es una elección" para frenar al ultraderechista Frente Nacional (FN) liderado por la candidata Le Pen.
La nota, sin embargo, evita pedir explícitamente el voto en favor de Macron, como sí que hizo anoche Fillon, y recuerda que mañana se inicia la campaña para las elecciones legislativas de junio.
El voto contra de Le Pen propugnado por Fillon ha mostrado la división entre LR.
Dentro del partido han aparecido voces que se niegan a apoyar a Macron, al que inmediatamente después de la segunda vuelta tendrán que combatir en las legislativas.
El partido conservador sabe que tiene una oportunidad de contrarrestar desde el Parlamento el poder del presidente.
Sus candidatos a las legislativas parten como favoritos en muchas circunscripciones mientras que los del futuro jefe del Estado, sea el que sea, son una incógnita.
Macron, el favorito de todos los sondeos, se apoyará en caras nuevas, poco conocidas, para tratar de conseguir una mayoría que desde el Legislativo permita aplicar su programa.
Le Pen cuenta en la actualidad con tan solo dos diputados, víctima de un sistema mayoritario que se estrella en la mayor parte de las circunscripciones contra las alianzas entre partidos para bloquearle el paso.
En esa perspectiva, los conservadores saben que representan la principal fuerza de oposición a las políticas del actual presidente socialista, el impopular Francois Hollande, lo que les da una opción de victoria.
Para ello, insistió Fillon en su discurso de despedida, deben permanecer unidos y mantener su línea de derecha dura.
En el PS, el otro gran derrotado de la primera vuelta, las internas quedaron ocultas tras el unánime apoyo de sus instancias directivas a Macron frente a Le Pen.
Fuente:Tèlam
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