Ciudad del Vaticano.- Participantes en la conferencia del Vaticano sobre tráfico de órganos retaron el martes a China a permitir un escrutinio independiente para asegurar que ya no se utilizan órganos de prisioneros ejecutados, y dijeron que las promesas chinas no son suficientes para asegurar que ha sido reformado el programa de trasplantes.
Volaron chispas durante la sesión vespertina de la conferencia cuando el ex viceministro de Salud de China, el doctor Huang Jiefu, buscó asegurar a la comunidad médica internacional que China estaba "enmendando el camino" después de que declaró el fin del programa de extracción de órganos a prisioneros en 2015.
"Tengo plena conciencia respecto a las conjeturas sobre mi participación en esta cumbre", dijo Huang a los asistentes a la conferencia, y citó "las continuas preocupaciones sobre las actividades de trasplante".
Huang, sin embargo, proporcionó poca información para refutar las críticas, y sólo mostró dos diapositivas que indicaban un número creciente de donantes vivos y muertos en años recientes, y los esfuerzos recientes de China para eliminar las actividades de trasplante en el mercado negro.
Huang admitió por primera vez de manera pública la extracción de órganos a presidiarios en 2005 y posteriormente dijo que hasta 90% de las cirugías chinas de trasplante con órganos de personas muertas se realizaban con tejidos de prisioneros ejecutados. Él ha encabezado un esfuerzo de reforma y garantizó que China puso fin a ese programa en 2015. Pero persisten las dudas de que China esté cumpliendo ese compromiso, dada una falta de transparencia, la escasez severa de donantes de órganos y el antiguo mercado negro de comercio de órganos de China.
El doctor Haibo Wang, colega de Huang, habló sobre la total imposibilidad de tratar de controlar por completo la actividad de trasplantes de China ya que existen un millón de centros médicos y tres millones de médicos con licencia que operan en el país. Como resultado de ello, China propuso en la conferencia del Vaticano que la Organización Mundial de la Salud forme un grupo global de trabajo que ayude a eliminar el tráfico ilegal de órganos.
El doctor Jacob Lavee, presidente de la sociedad de trasplantes de Israel, insistió en respuesta que se permita a la OMS realizar inspecciones sorpresa y entrevistar a donantes en China.
Fuente:AP
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