Nueva York.- Un jurado llegó finalmente a un veredicto en el segundo juicio de asesinato del hombre acusado de matar a Etan Patz, de 6 años, que se convirtió en uno de los niños más emblemáticos del país cuando desapareció de su parada de autobús en SoHo hace casi 40 años.
Hernández fue hallado culpable este martes por la desaparición y muerte del niño Etan Patz en 1979.
El panel de ocho hombres y seis mujeres examinó más de 300 exposiciones de la fiscalía y la defensa durante el curso de sus nueve días de deliberaciones en la Corte Suprema del Estado en Manhattan.
Los argumentos de clausura en el caso contra Pedro Hernández comenzaron a finales de enero en Manhattan. Un juicio anterior para el Maple Shade, Nueva Jersey, el hombre terminó en un jurado nulo.
Patz desapareció mientras caminaba a la escuela el 25 de mayo de 1979. Su cara fue una de las primeras en cartones de leche. Su cuerpo nunca fue encontrado.
Sobre el caso:
Un juez de Nueva York anuló oficialmente en junio del 2015 el primer juicio en contra de Pedro Hernández, luego de que un jurado no lograra llegar a un veredicto en tres ocasiones.
Hernández permanecía como el principal sospechoso por la desaparición de Etan Patz, quien fue visto por última vez hace 37 años en Nueva York.
El jurado del primer juicio, compuesto por cifnco hombres y siete mujeres, llevaba más de tres semanas tratando de decidir si Hernández, de 55 años y el hombre que admitió inicialmente a las autoridades haber asesinado al niño neoyorquino en el 1979, mató al pequeño o no.
En una nota emitida al juez el jurado indicó "lo sentimos, no podemos llegar a un acuerdo", por lo que el juez, Maxwell Wiley, decidió anular el juicio.
Datos de la corte indicaron que 11 de los 12 miembros del jurado querían un veredicto, pero uno se opuso.
Un juez de Nueva York, junto a una sala repleta de personas, escuchó por primera vez las confesiones grabadas de Hernández a finales de septiembre de 2015.
En las mismas, Hernández describió cómo estranguló al pequeño, y luego, aún con vida, lo colocó en una bolsa plástica y lo lanzó a un basurero cercano.
“Estaba nervioso; mis piernas estaban temblorosas”, según las dramáticas confesiones de Hernández.
El acusado añadió: “quise dejarlo libre, pero no podía soltarlo. Sentí como si algo se apoderó de mi…Algo me llevó hasta allá, y lo estaba estrangulando”.
Desde ese entonces quedó en manos del juez, Maxwell Wiley, determinar si Hernández recibió el aviso legal adecuado sobre sus derechos y si estuvo capacitado mentalmente para entenderlos.
Su abogado dijo previamente que tratará de probar que la confesión que el acusado realizó era falsa, debido a una supuesta enfermedad mental, y que no es culpable de este crimen.
"Mi cliente se declara no culpable. La confesión que hizo en mayo es la única prueba que hay contra él y la desmentimos", afirmó el abogado de la defensa, Harvey Fishbein, en una conferencia de prensa tras una audiencia que solo duró 90 segundos el pasado mes de noviembre. Desde ese entonces Hernández ha mantenido su posición de no culpable.
Fishbein apuntó que las "confesiones falsas pueden ser inducidas por varios factores, como enfermedad mental, coerción policial, historial de delirios o un bajo coeficiente intelectual" y que Hernández padece una enfermedad mental por la que todavía está bajo tratamiento médico.
El abogado puntualizó previamente que éste no se trata de un caso en el que el acusado no pueda considerarse culpable a causa de su demencia, sino que Hernández realmente no mató a Patz hace 36 años, cuando el niño tenía 6 años, estrangulándolo en el sótano de la bodega del SoHo donde trabajaba por aquel entonces, tal y como declaró en mayo.
"Desde 1979 se han realizado exhaustivas investigaciones sobre este caso y no se ha encontrado nada para corroborar las declaraciones de mi cliente. La única conexión con el caso de Patz fue la confesión de mayo", insistió Fishbein.
Patz desapareció el 25 de mayo de 1979, tras haber salido solo de casa a primera hora de la mañana hacia la parada del autobús que le tendría que haber llevado al colegio.
En mayo de 2015, Hernández describió a los investigadores que engañó al niño con la promesa de un refresco para conducirlo al sótano de la bodega donde trabajaba y que, una vez allí, lo estranguló, metió el cuerpo en una bolsa y la llevó a un bloque de edificios más allá, donde la dejó junto a otras bolsas de basura.
El caso de la desaparición de Patz, que se convirtió en uno de los primeros menores cuya imagen apareció impresa en cartones de leche por todo Estados Unidos, conmocionó durante años a la opinión pública y el presidente Ronald Reagan llegó a declarar el 25 de mayo como Día Nacional de Niños Desaparecidos.
Fuente:Telemundo
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