Estambul.- La cifra de muertos por el doble atentado ocurrido anoche en Turquía aumentó hoy a 38, mientras que el número de heridos sigue superando el centenar, según informó el Ministerio turco del Interior.
Treinta de las víctimas son policías y siete civiles. El otro fallecido todavía no fue identificado. "Tenemos 38 muertos: 30 policías, siete civiles y la identidad de una persona todavía tiene que ser determinada", declaró el ministro del Interior Süleyman Soylu, quien agregó que las primeras evaluaciones apuntan al PKK y que hay 13 detenidos relacionados con el doble atentado.
En unas declaraciones anteriores, el ministro ya había anunciado el arresto de 10 personas por su vinculación con el coche bomba que estalló en las inmediaciones del estadio del club de fútbol Besiktas.
"Tenemos información sobre cómo sucedió y cómo se organizó, pero no podemos decir más porque las operaciones están en curso", indicó.
Por su parte, el ministro de Sanidad, Recep Akdag, dijo que había 155 heridos hospitalizados, de los que 14 se encontraban en cuidados intensivos.
Poco antes, el viceprimer ministro turco, Numan Kurtulmus, ya había dicho que los indicios apuntaban a la autoría del PKK. Kurtulmus aseguró que el objetivo eran las fuerzas de seguridad y que en el coche bomba se utilizaron al menos 300 o 400 kilos de explosivos.
El primer ataque tuvo lugar sobre las 19.30 GMT, cuando un coche bomba estalló cerca de un vehículo de transporte de la policía antidisturbios situado frente al estadio del Besiktas.
Unos 45 segundos más tarde, un suicida se hizo explotar en medio de un grupo de policías en el cercano parque de Maçka. Las dos deflagraciones ocurrieron unos 90 minutos después del final del partido que disputó el Besiktas con el Bursaspor, cuando los espectadores ya habían abandonado el recinto.
Por el momento sigue sin aclararse si el vehículo cargado de explosivos que explotó cerca del estadio de fútbol del Besiktas fue un atentado suicida o detonado a distancia.
Luto
Turquía declaró hoy día de luto nacional después de las explosiones gemelas que ocurrieron cerca de un estadio de fútbol, un nuevo atentado a gran escala que golpea a un país enfrentado a varias amenazas de seguridad.
El primer ministro, Binali Yildirim, ordenó en un comunicado que las banderas ondearan a media asta en todo el país y en las delegaciones extranjeras turcas.
Este año, Estambul sufrió diversas explosiones, algunas de las cuales se atribuyeron al grupo Estado Islámico y otras fueron reivindicadas por militantes curdos. El país está bajo estado de emergencia desde el fallido golpe de estado del 15 de julio.
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