Yakarta, Indonesia.- La policía indonesia nombró el miércoles al gobernador cristiano de la capital del país como sospechoso en una investigación por blasfemia, una importante prueba a la tolerancia religiosa de esta nación de mayoría musulmana.
Yakarta se vio sacudida este mes por una protesta masiva de musulmanes conservadores contra el gobernador. Una persona falleció y decenas resultaron heridas en los disturbios.
Musulmanes estrictos han amenazado con más manifestaciones si no es arrestado.
En una conferencia de prensa, la policía anunció que el popular gobernador, Basuki "Ahok" Tjahaja Purnama, no puede salir del país mientras se lleva a cabo la pesquisa.
Sin embargo, indicó que no se le detendrá porque había una profunda división entre los investigadores y los expertos religiosos en torno a si los comentarios en cuestión fueron blasfemos o no.
"Después de largas conversaciones, llegamos a una decisión de que el caso debe ser juzgado en un tribunal abierto", dijo Ari Dono, detective en jefe de la Policía Nacional.
La acusación de blasfemia contra Ahok, de etnia china, cristiano y aliado del presidente Joko "Jokowi" Widodo, ha impulsado a los opositores políticos del mandatario en esta nación de 250 millones de habitantes donde aproximadamente el 90% son musulmanes.
La inconformidad también les cayó como un regalo a los políticos rivales de Ahok, que busca un segundo período como gobernador de Yakarta en los comicios de febrero. Entre ellos está el hijo del expresidente Susilo Bambang Yudhoyono, que azuzó la controversia al exhortar a que Ahok sea arrestado y afirmar que respaldó la protesta del 4 de noviembre.
El Frente de Defensores Islámicos, un grupo radical que desea imponer la ley sharia, comenzó a exigir el arresto de Ahok después de que circuló un video en internet en el que bromeó ante una audiencia sobre un pasaje del Corán que podría ser interpretado como una prohibición a los musulmanes de aceptar como líderes a personas que no practiquen esa religión. El gobernador ha ofrecido disculpas por el comentario.
Ahok es popular entre la clase media de la ciudad, pero se ha granjeado enemigos al presentar una posición firme contra la corrupción y desarrollar un programa urbano que ha desalojado a miles de las personas más pobres de los barrios desfavorecidos de la ciudad.
La blasfemia es un delito penal en Indonesia.
Fuente:AP
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