No todas las encuestas son iguales, y las diferencias a veces son singulares y potencialmente influyentes.
Los sondeos que miden la intención del voto ciudadano son variadas, de diferentes técnicas, calidades y alcances. Por ello, lo que una sola encuesta revela, incluso si se realizó con una metodología intachable, no es más que un vistazo en una marea cambiante. Para tener un panorama más completo, y en lo que cabe preciso, de las tendencias electorales actuales es necesario ponderar multitud de encuestas a lo largo del tiempo, tarea que realizan en Estados Unidos, por ejemplo, instancias comoFiveThirtyEight, RealClearPolitics, The Upshot/NYT o PollyVote, entre otros.
Con promedios, ponderaciones y seguimientos de numerosas encuestas, a las que en ciertos casos se añaden otros factores de análisis como datos históricos o demográficos, es que esas y otras entidades tratan de pronosticar, con mayor o menor rigor, a veces con cierto sesgo hacia un lado, quién al día de hoy sería el más probable ganador de una elección, y con qué margen de voto.
Clinton aventaja a Trump en la gran mayoría de las encuestas, aunque recientemente la diferencia se ha reducido.
En la actual contienda por la Presidencia de Estados Unidos entre la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump (pero también el libertario Gary Johnson y la verde Jill Stein), prácticamente todos los pronósticos y ponderaciones dan el triunfo a Clinton, por márgenes que van desde unos pocos puntos hasta más de una decena, según lo que se ha visto en encuestas en las semanas recientes.
RealClearPolitics, por ejemplo, da a Clinton 46.8% de los votos contra 41.9% de Trump,PollyVote le da 53.5% del voto a Clinton y 46.5% a Trump, mientras FiveThirtyEight da a Clinton un 73.8% de probabilidades de triunfo en su pronóstico y ponderación de encuestas (26.2% a Trump) y The Upshot coloca esas probabilidades de victoria en 88% para la demócrata y 12% para el magnate.
Pero, cuando se revisan encuestas a escala individual, los números varían. En ocasiones, esa variación tiene que ver con la calidad y cantidad de la muestra, con el perfil de los encuestados (si se trata de votantes registrados o posibles), con el momento en el que fue levantada y hasta con el grado de imparcialidad o inclinación ideológica o partidaria de quien hace la encuesta.
Además, se ha identificado un factor singular: como comenta FiveThirtyEight, las encuestas que se realizan de modo vivo, con encuestadores que en persona o por teléfono formulan las preguntas a los participantes, tienden a mostrar una ventaja mayor de Clinton sobre Trump que los sondeos que recurren a llamadas “robóticas” o a formularios en línea para obtener su información.
El mapa electoral y pronóstico de probabilidades de triunfo en la elección de FiveThirthyEight (datos del 1 de septiembre de 2016).
Actualmente, en el análisis del citado portal las encuestas tradicionales ponen a Clinton en promedio 7.1 puntos porcentuales arriba de Trump, mientras que las realizadas por medios “nuevos” reducen su venta a 4.8 puntos. Y se trata de una diferencia que se habría empezado a notar recientemente, pues en el pasado, según FiveThirtyEight, la variación entre encuestas “vivas” y encuestas automatizadas no había sido relevante. Y, curiosamente, la posición de Clinton es mejor en estados mayormente demócratas en las encuestas tradicionales y mejor en los estados mayormente republicanos en las encuestas automatizadas.
Fuente: Jesus del Toro
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