El norte y este de Europa padecen las consecuencias de la ola de frío. Aunque los rusos están acostumbrados a la nieve en esta época del año, las temperaturas han marcado un récord. Los termómetros han bajado hasta los treinta grados bajo cero, doce menos que la media habitual.
En los montes Urales, muchos están sufriendo la escasez de calefacción y agua caliente al fallar los sistemas comunitarios Las clases se han suspendido en las ciudades más afectadas.
Fuente:Externa
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