El arrastre, voto preferencial y la abstención son de los elementos que marcarán los comicios a nivel municipal
Las elecciones municipales estarán impactadas por una serie de novedades y cambios en el sistema electoral y esa experiencia tendrá un sello particular por el nivel de abstención que ronda históricamente en el 46%, la introducción del voto preferencial, el arrastre, la fragmentación de la participación de los partidos y hasta el sistema híbrido de votación que aprobó la Junta Central Electoral (JCE).
Aquí las cinco claves para entender los comicios locales pautados para el tercer domingo del próximo mes.
1. La primera experiencia totalmente en solitario. Desde el 1998 las votaciones para los cargos de elección popular municipal se realizaban en conjunto con las elecciones congresuales. Esa medida fue producto de la reforma constitucional del 1994. En la reforma del 2010, las elecciones municipales quedaron separadas por el artículo 209 que versa sobre las asambleas electorales.
La única experiencia que registra el país de unas elecciones municipales separadas fue en el 1968, pero igual, no se comparan con las que se harán en febrero porque esta cita será solo a tres meses de las elecciones presidenciales y congresuales y en aquella ocasión, los comicios presidenciales se realizaron en el 1966, es decir dos años de diferencia.
Otra gran diferencia sobre la variable del tiempo, es que hasta ahora las elecciones congresuales y municipales se hacían con dos años de diferencia de las presidenciales, en esta ocasión serán tres meses de diferencia de las dos anteriores. Los alcaldes serán elegidos el 16 de febrero y juramentados el 24 de abril.
2. Voto preferencial. La Ley 157/13 o Ley del Voto Preferencial establece el sistema de votación preferencial para el nivel municipal a partir de estas elecciones. Esa decisión es de las variables que introduce mayor nivel de incertidumbre al montaje de los comicios, de hecho, tanto los miembros de la Junta Central Electoral (JCE) como del Tribunal Superior Electoral (TSE), al inicio de su actual periodo, abogaron para que se elimine ese sistema de votación que fue aprobado en el 2013. Hasta ahora, los regidores se escogían con listas bloqueadas y cerradas propuestas por los partidos políticos ante el órgano electoral.
El voto preferencial había sido eliminado por la JCE mediante una resolución en el 2016, pero algunos actores políticos creen en ese mecanismo y por eso en el 2013 se aprobó la ley 157/13 que además de mantener el voto preferente para los diputados lo extendió a los regidores y vocales de distritos.
En ese momento, se opusieron a ese sistema Leonel Fernández, para entonces presidente del PLD y Miguel Vargas, del PRD. El gran respaldo a esa decisión vino del sector del presidente Danilo Medina y el PRM que siempre ha defendido el voto preferencial.
¿Cómo se asigna? El sistema de voto preferencial genera grandes conflictos en los colegios a la hora del conteo de los votos y muchos políticos y hasta autoridades electorales han dicho que “se hacen diabluras” entre los delegados a la hora de la asignación.
La ley establece el método de D´Hondt, que consiste en sumar al partido todos los votos de cada candidato y se distribuye entre quienes obtuvieron más votación de esos partidos.
Con ese sistema de asignación, a los partidos minoritarios se les complica tener representación aunque uno de sus candidatos obtenga una alta votación y por esa razón ha sido criticado por las organizaciones emergentes porque dificulta tener representación.
El arrastre a nivel municipal (de regidores para los alcaldes) se mantiene, según establece la resolución de la JCE sobre las elecciones municipales.
3. La abstención es mayor. En los tres niveles de elección, el municipal es el que registrar mayor abstención con un promedio de 46%, frente al presidencial que históricamente registra una inasistencia de 30% y un mínimo de 22%. En la historia electoral en el nivel presidencial, la abtención más alta se reflejó en las elecciones del 1990 con un 40%.
Los datos de los resultados de las votaciones en el nivel municipal se establece que en el 1998, de un total de inscritos para votar de 4 millones 129 mil 554 electores, votaron 2 millones 185 mil 805 lo que representa el 52.8% de participación y abstención de 47.2%, pues un millón 943 mil 749 electores no fueron a las urnas en esos comicios.
Las elecciones del 2002, registraran el mayor nivel de abstención a nivel municipal de un 50%. De un total de inscritos de 4 millones 664 mil 691, sufragaron 2 millones 366 mil 868 equivalente al 50%. En el 2006, la abstención fue de 42%, pues de 5 millones 369 mil 064 de inscritos en el padrón votaron 3 millones 138 mil 738 ciudadanos equivalente al 58% y no sufragaron 2 millones 230 mil 326 personas para el 42%.
Para el 2010, unos 6 millones de inscritos 116 mil 397 figuraban en el padrón de electores y fueron a las urnas 3 millones 498 mil 006 para un 57% de asistencia y un 43% se abstención.
4. Partidos fragmentados. Las elecciones municipales serán la primera prueba en las urnas de la fragmentación que se ha dado en la participación de los partidos políticos en una dimensión que hace varios periodos no ocurría.
Para las elecciones municipales además de los 27 partidos nacionales, competirán ocho movimientos locales o accidentales. Los 27 partidos mayoritarios se han constituido en tres bloques que encabezan el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y Fuerza del Pueblo (FP). En solitario van el Pasove, País Posible, Alianza País y el PDI, aunque esas organizaciones hicieron alianzas parciales con diversos partidos.
Sobre la fragmentación en la participación de los partidos, lo más llamativo es la división del PLD y la pérdida de algunos aliados. Hasta ahora, habría que medir la votación que obtendrá ese partido y si logra retener los 107 alcaldes que tiene ahora y recupera la plaza de la capital que ahora domina el PRM.
5. Sistema de votación híbrido. Para las elecciones municipales, la JCE optó por un sistema híbrido de elección al establecer el voto automatizado en 18 municipios y con boletas en 140. Aunque la mayoría de las autoridades se van a elegir con boleta física, la mayoría de los electores usará el voto automatizado, pues esos 18 municipios concentran el casi el 60% de los votantes y de los colegios electorales.
La JCE ha informado que los 140 municipios donde se votará con boletas ha tenido que diseñar 399 papeletas distintas. En total en esas elecciones serán seleccionados 3 mil 849 cargos y el voto automatizado es para facilitar el conteo.
Reelección municipal
De los candidatos de las grandes plazas electorales en el Gran Santo Domingo solo repiten como candidatos los actuales alcaldes de Santo Domingo Oeste, Francisco Peña y de Los Alcarrizos, Junior Santos. En Santiago el PLD repite con Abel Martínez y en San Cristóbal con Nelson Guillén.
Sin embargo, hay candidatos que se han instalado en sus localidades desde el 2002 y siguen. Se trata de Tabito Suberví, Barahona; Karina Aristy, Higüey, La Altagracia; Ramón Olegario Antigua, PRSC, en Partido, Dajabón; Ramón Antonio Echavarría, San Pedro; Junior Santos, Los Alcarrizos y Elio Sterlyn Abreu, Sabana de Yegua, Azua.
Las alianzas electorales son determinantes
Las alianzas políticas son claves en todos los procesos electorales, sin embargo, en el municipal parece que juegan un papel más determinante. Un análisis del Observatorio Político Dominicano (OPD) sobre las elecciones municipales, establece que en el 2016 los acuerdos fueron claves para que los partidos mayoritarios ganaran plazas importantes. En el caso del PLD obtuvo 35% sin alianza, mientras que en el nivel congresual logró 41% y 50% en el nivel presidencial. El PRM sin alianzas alcanzó 24% de los votos en el nivel municipal. Ese mismo estudio observa como cada vez más los líderes de las iglesias evangélicas se involucran en candidaturas a los distintos niveles, especialmente en el municipal y que eso se reflejó en los comicios del 2016 en el nivel local con varios candidatos a alcaldes y regidores.
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