Santo Domingo, RD.- Anibel González se aferró hasta el último momento a la vida cuando trató por todos los medios de salir del país para que Yasmil Fernández Estévez no terminara asesinándola como tristemente sucedió.
Conversaciones vía whatsapp de ella con una de sus amistades que fueron suministradas al LISTIN DIARIO por la periodista Edith Febles, demuestran el calvario al que fue sometida por su verdugo.
“Ese hombre cada día está más loco... realmente no creo que eso del nombramiento se dé; ya francamente me cansé de insistir con eso... eso me está paralizando, me he concentrado solo en ese escape y me llegó la hora cero”, escribió Anibel el 23 de mayo cuando todavía Yasmil estaba en prisión, haciendo alusión a su inminente salida y a la desesperanza de no lograr el nombramiento en la Embajada de República Dominicana en Washington que hubiera podido salvar su vida.
“Yo tengo fe, pero de verdad no muchas esperanzas porque sigo en el mismo lugar y no hay nada seguro. Es lamentable, quizás si yo no necesitara salir del país ya lo habría conseguido”, dijo Anibel tres días después.
Pero quizás su mayor preocupación era el estado de salud de una de sus hijas que la motivó a ir a San Pedro de Macorís aquel 30 de agosto, prácticamente a la boca del lobo, donde solo permaneció cuatro horas ya que Yasmil la asesinó de varios disparos y posteriormente se suicidó en el baño de la casa.
Un infierno
Luego de sobrevivir a las siete puñaladas que le propinó Yasmil el 3 de diciembre de 2017, Anibel se recuperó de sus heridas, decidió prepararse académicamente y logró obtener una pasantía en Estados Unidos.
Posteriormente ella regresó al país y ubicó su residencia en Santo Domingo para estar lejos de su agresor que guardaba prisión en San Pedro de Macorís.
Sin embargo, para Yasmil, quien finalmente quedó en libertad con un acuerdo irregular y violatorio avalado por el Ministerio Público, y del que Anibel no tuvo conocimiento, ningún lugar era muy lejos.
“Ha venido varias veces aquí, lo confirmé hoy en las cámaras, dice que yo le desgracié la vida, que soy una perra. Me dijo que se va a dar un tiro y que no se va solo”, manifestó Anibel.
En ese mismo hilo de conversación, ella había expresado el terror que sentía por las amenazas de su agresor. “Tengo que salir de aquí, este hombre me está asechando, mañana iremos a denunciarlo, le grabé la llamada y me está amenazando”, expresó atemorizada.
Tras percatarse que Yasmil ya conocía su ubicación en Santo Domingo, Anibel se mudó a Moca para huir y salvaguardar su vida. Un factor que aumentó la tensión fue que su niña más pequeña se enfermó y obligó a su madre a trasladarla al hospital con mayor frecuencia.
“Las niñas están en vacaciones, quieren estar conmigo; además la pequeña está muy enferma, me he pasado dos semanas dando viajes al médico... yo estoy cayendo muerta y tengo que ser la fuerte de esta situación, ella no entiende nada y yo estoy muy asustada”, contó Anibel.
También narró la angustia que le causaba tal situación. “Un proceso muy difícil y su papá nada de cooperar con poner su cabeza en orden… es decir que tengo más y más problemas, y mi concentración solo debe estar en la niña”.
El 19 de agosto, ella escribió que alguien la llamó y alertó de que no fuera a San Pedro de Macorís ese día porque Yasmil la estaba esperando en la entrada de la provincia con un arma de fuego.
“Tengo problemas con este hombre, me está rondando la casa. Mañana tengo que ir desde que salga a la Fiscalía, tengo que hacer lo posible para que lo tranquen; además llamó a alguien diciendo que me está esperando hoy, que él va a terminar con esto”.
Ese día Anibel no fue a su pueblo, por lo que dejó esperando a su asesino varios días más.
La indiferencia
En otra de sus conversaciones detalla la indiferencia del Ministerio Público y menciona el acuerdo irregular que dejó en libertad a su matador.
“La magistrada no está en la unidad hoy…”, dijo Anibel a una de sus confidentes que a su vez le señaló que alguien más debía ayudarla, por lo que ella explicó que solo puede hablar con la fiscal que avaló el acuerdo.
“No puedo hablar con nadie que no sea ella. Ella fue que hizo su acuerdo. No quiero que se riegue en el pueblo que estoy aquí (San Pedro de Macorís) y ponerme más en peligro. Ella es la jefa, ella despidió a la otra y aquí me conoce todo el mundo…”, explicó.
Finalmente, personas allegadas a Anibel afirmaron que ella tuvo la oportunidad de toparse cara a cara con la fiscal que avaló el acuerdo y le cuestionó la decisión de dejar en libertad a su futuro matador, a lo que ella respondió: “No pude hacer nada”.
Los mensajes de un psicópata
Anibel mostró con pavor por el chat parte de los múltiples mensajes que le enviaba Yasmil de manera constante:
Hoy estoy con mucho deseo de mi esposa.
Llámame vida. Pero háblame.
Yo sé que suena difícil.
A ti te gusta mortificarme.
Llámame que me inquieta.
Por favor, llámame. Por favor, llámame.
Oye estoy que no aguanto mami.
Quiero verte mami.
Fuente:LD
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