Gritaron con la misma fuerza con la que lo han hecho los últimos 5 años, y marcharon con el impetú que solo puede dar el dolor y la desesperación de no saber dónde están sus hijos.
Con el puño en alto, Hilda Hernández se unió a las concentraciones para exigir que localicen a los 43 estudiantes de Ayotzinapa, porque fue un día como hoy, recuerda, cuando despidió por última vez a su hijo con un beso.
"Ha sido un caminar muy difícil, lleno de dolor, de mucha incertidumbre, de muchas mentiras", afirma Hernández.
Con el mismo sentimiento, otro grupo de padres escuchó en el Congreso, la más alta tribuna del país, el pase de lista de los jóvenes.
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En la icónica Plaza de las Tres Culturas, donde hace 51 años ocurrió la mayor masacre de jóvenes, también los recordaron, con música, danza y 43 tortugas que representaron a cada uno de ellos.
Ahí mismo en Tlatelolco elevaron papalotes simbolizando que en la búsqueda de la justicia, el cielo es el límite.
En medio de la oscuridad, un destello de luz pareció asomarse cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador, vistiendo una playera alusiva a esta fecha, les aseguró que están trabajando en el tema.
"Yo espero que se tengan pronto resultados", dijo López Obrador.
Casi cinco años después de la desaparición de los 43 estudiantes en Iguala, Guerrero, los padres aún no saben qué pasó con sus hijos.
Pero en tanto, la única alternativa para ellos no está en la tierra.
"Ojalá y Dios quiera, yo tengo la esperanza", dijo Bernardo Campos, papá de uno de los desaparecidos.
Y a ese ser divino le ruegan, le imploran, que les devuelva a los 43 estudiantes por los que hoy lloran.
Fuente:Telemundo
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