Santo Domingo.- El director de Casa Abierta, una entidad profesional para la prevención del uso indebido de drogas en la República Dominicana, dijo que el operativo que culminó el martes con el arresto de varios cabecillas de una supuesta red de narcotráfico que dirigía César Emilio Peralta (El Abusador), no es más que » un acto de la comedia» para entretener a la población.
El psicólogo Juan Radhamés de la Rosa Hidalgo, dijo que en la República Dominicana no están siendo aplicadas estrategias preventivas contra el tráfico de estupefacientes.
«Visto el espectáculo preguntamos: ¿Cómo es que las autoridades esperaron 20 años para “desmantelar” esta “poderosa banda”. ¿Quiénes forman parte de esa “estructura de complicidad y protección”, que en otras ocasiones se han mencionado y nunca se han ni siquiera identificado, mucho menos procesados?, se preguunta De la Rosa Hidalgo en un documento de prensa.
A continuación el texto íntegro:
«Las autoridades dominicanas anunciaron el pasado martes 20 de agosto de 2019, el desmantelamiento de una “poderosa banda” de narcotraficantes, presuntamente encabezada por el señor César Emilio Peralta, conocido como “César el Abusador”. Dicen las autoridades que esta “poderosa” red operaba en el país desde hace 20 años. Dicen también que la banda contaba con “una estructura de complicidad y protección”. Esto es que contaba con la protección de organismos del Estado, como se ha afirmado que ha ocurrido en otros casos conocidos. Se mencionan otros nombres de personas condenadas por el mismo delito, a las que supuestamente el acusado habría relevado. Desde los Estados Unidos llega la información al país que esta era la mayor banda de la región del Caribe, a la vez que se anuncia que son pedidos en extradición.
En el mundo del teatro una farsa o comedia es una representación en la que los personajes actúan de forma extravagantes, pero manteniendo la credibilidad y verosimilitud de la representación. En las farsas, la trama intenta mostrar la realidad de forma muy exagerada. Cuando revisamos la historia de estos llamados “desmantelamiento de bandas del narcotráfico”, encontramos que se parecen más a una farsa o comedia. Solo que estos casos solo cumplen con la característica de entretener, pues contrario a lo que sí ocurre en el teatro, estas no son satíricas y no divierten a la sociedad a la que están dirigidas.
Desde Casa Abierta, vemos el mismo guion con actores diferentes. Agregando la ironía, que no está presente en la comedia del pasado martes, ahora a esperar el desarrollo de la trama: extradición, condena en EEUU, el regreso, la negociación para la devolución de bienes… Y, en poco tiempo más, a desmantelar de nuevo otra poderosa red de narcotraficantes, con nuevos protagonistas. Esa y no otra ha sido la historia.
Visto el espectáculo preguntamos: ¿Cómo es que las autoridades esperaron 20 años para “desmantelar” esta “poderosa banda”. ¿Quiénes forman parte de esa “estructura de complicidad y protección”, que en otras ocasiones se han mencionado y nunca se han ni siquiera identificado, mucho menos procesados?
Que la mal llamada “guerra contra las drogas” es una farsa se ha denunciado en todo el mundo. Es una estrategia circular que no conduce a nada. Se detienen a los que dan la cara, solo para que los releven otros. Jamás se toca a los patrocinadores. Las estructuras de poder que sostienen este poderoso negocio ilegal, se mantienen intactas para seguir operando con él, o los siguientes protagonistas de turno.
Y mientras nos entretienen con estos “duros golpes al narcotráfico”, como suelen decir a las autoridades, las verdaderas estrategias preventivas, las de reducción de demandas, son ignoradas. Así Se deterioran y cierran por falta de recursos los programas que sí están dando repuestas a la sociedad. Una muestra es que las organizaciones reconocidas por el Estado dominicano han insistido en reclamar los recursos del 15 % que establece la Ley No. 155-17, con la urgencia de sus limitaciones, pero no ha sido posible obtener respuestas. Nos estamos preguntando dónde están yendo a parar los cuantiosos recursos que casos como el presente generan.
Es tiempo de que la sociedad reaccione. No debemos seguir creyendo que el fenómeno de las drogas es solo un tema de fiscales, policías, y jueces. No es solo un tema de organizaciones especializadas que de forma solidaria, pero precaria, buscan hacer una labor de atención y prevención. Las drogas son un fenómeno social complejo. Las organizaciones de la sociedad, civil y política, deben dar la cara y colocar el tema en sus agendas. Las familias de personas que sufren adicciones deben organizarse. Las personas usuarias también. Si no lo hacemos, estaremos asistiendo periódicamente, y solo como espectadores, a estas representaciones que se repiten de forma periódica, sin que veamos resultados tangibles en la reducción de la demanda y oferta de drogas en nuestra sociedad».
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