Corea del Norte disparó el sábado varios misiles no identificados de corto alcance desde su costa oriental que cayeron en el mar, afirmó el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur.
Esta maniobra podría ser un indicio de la frustración de Pyongyang por el estancamiento de las conversaciones diplomáticas con Washington para reducir las sanciones a cambio de un desarme nuclear.
El ejército de Corea del Sur reforzó la vigilancia en caso de que haya más lanzamientos, y tanto las autoridades del país como las estadounidenses estaban analizando los detalles.
Si se confirma que Corea del Norte lanzó misiles balísticos prohibidos, sería el primer ensayo desde este tipo desde la prueba de un misil balístico intercontinental en noviembre de 2017.
Ese año, Pyongyang realizó un gran número de pruebas con armas cada vez más potentes y la respuesta beligerante del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo que muchos en la región temiesen el estallido de una guerra.
En un primer momento, Corea del Sur reportó el lanzamiento de un único misil, pero más tarde señaló en un comunicado que se dispararon “varios proyectiles” que recorrieron hasta 125 millas y cayeron en el mar hacia el noreste.
Los expertos apuntan que el Norte podría incrementar estas provocaciones de bajo nivel para presionar a EEUU para la rebaja de las asfixiantes sanciones internacionales que pesan sobre la hermética nación.
Los lanzamientos se produjeron en medio de un desencuentro diplomático provocado por el fracaso de la cumbre de febrero entre Trump y el líder norcoreano, Kim Jong Un, por la ambición de Pyongyang de tener armas nucleares que puedan llegar a territorio continental estadounidense.
Corea del Norte podría tener misiles viables de menor alcance con capacidad nuclear, pero sigue necesitando más ensayos para perfeccionar los de largo alcance, según analistas externos.
En un comunicado, Seúl se mostró “muy preocupado” por las pruebas norcoreanas, que calificó de violación de los acuerdos intercoreanos alcanzados el año pasado para recudir las hostilidades entre las dos naciones vecinas.
Las autoridades surcoreanas pidieron además a Pyongyang que deje de cometer actos que podrían aumentar las tensiones militares y que se una a los esfuerzos para reanudar la diplomacia nuclear, agregó la nota publicada tras una reunión de emergencia en la residencia presidencial.
Estados Unidos estaba al tanto de las acciones de Corea del Norte y seguirá monitoreando la situación, afirmó la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, en un comunicado.
Pyongyang quiere un amplio alivio de las sanciones a cambio de unas medidas hacia el desarme que Washington consideró insuficientes. En su signo de su creciente frustración, el Norte pidió recientemente la retirada del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, de las negociaciones y criticó al asesor de Seguridad Nacional, John Bolton.
Durante la ofensiva diplomática que siguió a los ensayos con armas norcoreanas en 2017, Kim dijo que su país no probaría artefactos nucleares ni misiles balísticos intercontinentales. Al parecer, estos proyectiles de corto alcance no violarían la moratoria autoimpuesta por el mandatario y podrían dar pistas de su descontento con Washington y con el estado de la diplomacia nuclear.
El Ministerio de Defensa de Japón afirmó que los misiles disparados el sábado no suponían una amenaza para su seguridad y que no se acercaron a la costa occidental del país. Japón podría evitar ofrecer una respuesta contundente mientras su primer ministro, Shinzo Abe, busca celebrar su propia cumbre con Kim.
Fuente:EFE/Telemundo
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