Aunque el maquillaje cubre las cicatrices de su rostro, no puede tapar las que dejó en su alma el brutal maltrato físico al que por años fue sometida Mayra Aro De la Cruz, hasta que su exmarido la prendió en llamas.
Tras 15 días en coma y quemaduras de tercer grado en el 75% de su cuerpo, decidió que ella y sus hijos solo estarían a salvo en Estados Unidos.
Logró que le otorgaran el asilo solo unos días antes de que el gobierno cancelara este amparo para víctimas de violencia doméstica.
Un mínimo de solicitudes de asilo son aprobadas por el gobierno. En el 2017, de 65,000 peticiones, a solo 8,700 personas se les otorgó el beneficio. Al dejar por fuera a las víctimas de violencia doméstica y de pandillas, este número se verá dramáticamente reducido.
“El caso de Mayra fue como de 200 páginas de evidencia. Necesitamos toda esa evidencia si queremos ganar un caso de asilo”, dijo la abogada de inmigración Francis Henríquez.
Y evaluando cada caso, dice, víctimas como Mayra todavía tienen esperanzas, si se encuentran causas que sí califiquen para este beneficio.
Fuente:Telemundo
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