Nueva York.- Pocas horas después de que renunciara el fiscal general de Nueva York, Eric Schneiderman, las pesquisas sobre las denuncias en su contra han entrado en un enredo judicial por varios distritos fiscales que quieren tomar el caso.
Schneiderman fue acusado por cuatro mujeres, dos de ellas identificadas con nombres y apellidos, de presuntamente agredirlas físicamente en distintos momentos, algunas ocasiones excedido en el consumo de alcohol, según denuncias aparecidas en The New Yorker.
Estas acusaciones precipitaron su salida del cargo que mantenía desde 2011 y motivaron una decisión del gobernador del estado, Andrew Cuomo, para investigar estos hechos por la posibilidad de que haya una causa penal que perseguir.
Cuomo anunció anoche el nombramiento de Madeline Singas, fiscal del distrito de Nassau, para dirigir las pesquisas y llevar el caso.
“Singas tiene una experiencia extensa y específica en este tema”, afirmó Cuomo, refiriéndose, entre otras funciones, a su labor en una unidad sobre violencia doméstica que llevó a cabo en Queens.
Ya desde horas antes, Cuomo había declarado a los periodistas que la elección del fiscal que investigue ese caso era “complicada” porque los hechos denunciados ocurrieron en distintos condados.
En la misma noche de la renuncia de Schneiderman, el distrito del condado de Nueva York, en Manhattan, encabezado por Cyrus Vance, anunció que se hacía cargo del caso, horas antes de que Cuomo anunciara su intención de nombrar un fiscal especial.
Al anunciar esta designación, Cuomo citó los posibles “conflictos de intereses” que podría haber si se hacía cargo de las pesquisas el distrito de Manhattan, que a su vez está siendo investigado por su actuación en 2015 a raíz de las denuncias sobre abusos sexuales que afectaron al productor de Hollywood Harvey Weinstein.
Ese papel del distrito de Manhattan en las actuaciones sobre Weinstein era precisamente un tema que estaba llevando Schneiderman, por lo que la decisión de Cuomo de apartar del caso al fiscal Vance aseguraba la imparcialidad de las pesquisas.
Pero la reacción del despacho de Vance no se hizo esperar, ya que respondió a Cuomo que “el único conflicto (de intereses) potencial es uno de su creación”.
Según Vance, la decisión de Cuomo de nombrar un fiscal especial en el caso implica que el gobernador se está “inmiscuyendo en el proceso penal” por “reasignar” el caso de Schneiderman fuera de su distrito, algo que considera un “error”.
“Ninguna oficina de fiscales está mejor equipada que la mía para investigar y perseguir los casos de Manhattan”, afirmó Vance.
De parte de Cuomo, la respuesta de Vance fue considerada como “tanto inapropiada como equivocada”, según dijo en un comunicado su consejero legal Alphonso David.
En la disputa se mezcla también la ciudad de Nueva York, porque su alcalde, Bill de Blasio, rival político de Cuomo, está a favor que el tema lo investigue el distrito con sede en Manhattan.
Unido a todo ello, el fiscal distrito de Suffolk, en Long Island, Tim Sini, también anunció su intención de investigar los hechos ligados a las denuncias contra Schneiderman.
Sin embargo, en principio, ese frente lo cubrió Cuomo al anunciar que la fiscal especial que él nombró, Singas, trabajará en conjunto con el condado de Suffolk para avanzar en las pesquisas.
Mientras tanto, Schneiderman, un fiscal general muy mediático, sigue en paradero desconocido desde que anunció su renuncia. No fue a su despacho el martes, la que dijo iba a ser su última jornada, y al margen de una primera reacción, se mantiene en silencio.
Fuente:EFE
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