El demócrata Al Franken presentó el martes su dimisión con efecto inmediato como senador por el estado de Minesota después de que hasta ocho mujeres le acusaran en los últimos meses de acoso sexual, lo que llevó al político a anunciar a finales de año pasado su intención de abandonar el cargo.
"Escribo para renunciar a mi escaño de senador por el estado de Minesota (...). Le estoy agradecido al pueblo de Minesota por haberme dado la oportunidad de servir al estado y a la nación", escribió Franken en una carta dirigida al gobernador de su estado, Mark Dayton, que fue divulgada por el diario Minneapolis Star Tribune.
Franken, quien en su momento pidió disculpas por cualquier ofensa y se prestó a ser objeto de investigación en el Comité de Ética del Senado, ha sido uno de los senadores demócratas más populares e incluso su nombre llegó a sonar como un posible candidato a la presidencia para las elecciones de 2020.
Franken, de 66 años y senador desde 2009, fue acusado de besar y tocar a mujeres sin su consentimiento en episodios ocurridos entre 2003 y 2010.
Estados Unidos vive desde hace unos meses una oleada de denuncias de acoso sexual, que comenzaron con el escándalo en Hollywood del productor Harvey Weinstein y que se han extendido a la esfera política, como el caso de Franken, y privada, con movimientos como #MeToo (Yo también), para poner fin al silencio ante los abusos sexuales.
Hasta la fecha, además de Franken, son varios los miembros del Congreso que han renunciado al cargo o anunciado que no se presentarán de nuevo tras revelarse varios escándalos de acoso sexual: los demócratas John Conyers y Ruben Kihuen; y los republicanos Trent Franks y Blake Farenthold.
Fuente:EFE
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