Chihuahua.-Una treintena de personas fueron asesinadas durante los últimos dos días en Chihuahua, un estado del norte de México fronterizo con Estados Unidos que vive una espiral de violencia ligada al crimen organizado no vista desde hace años, informó la fiscalía local este sábado.
Entre el jueves y viernes, 30 personas murieron y otras siete resultaron heridas de bala, informó la fiscalía. Una persona más falleció este sábado como resultado de sus graves lesiones.
Este derramamiento de sangre “se debe a ataques contra narcomenudistas (traficantes de drogas que venden al menudeo) entre grupos rivales”, pertenecientes a los cárteles de Juárez y Sinaloa, dijo a la AFP Carlos Huerta, vocero de la fiscalía.
De los 31 homicidios, 22 ocurrieron en Ciudad Juárez, siete en Chihuahua -capital estatal- y dos más en Bocoyna, según autoridades, que aseguran que entre los occisos están cuatro mujeres y al menos tres adolescentes de 14, 15 y 17 años.
Más de 250 agentes de la Policía Federal serán desplegados este sábado en la zona.
Poco antes de que se desatara esta serie de asesinatos, autoridades estatales y de Ciudad Juárez celebraron una reunión de Seguridad en la que el gobernador Javier Corral aseguró que 2018 sería “el año de la seguridad pública para Chihuahua”.
Ciudad Juárez, asentada justo al lado de la ciudad texana de El Paso, se convirtió entre 2008 y 2012 en una de las más peligrosas del mundo, con más de 11.000 personas asesinadas desde entonces.
Aunque hubo un continuo descenso en los homicidios, ahora Chihuahua volvió a niveles de violencia semejantes a los de 2012, cuando se registraron 1.997 asesinatos en todo el estado.
Así, en 2017 los asesinatos en Chihuahua llegaron a 2.004, de los cuales 764 ocurrieron en Juárez, según cifras oficiales.
En Ciudad Juárez, el 80% de los homicidios “están vinculados al trasiego (de drogas rumbo a Estados Unidos), posesión de armas y delincuencia armada”, una cifra que se eleva hasta el 83% en la capital del estado, informó el gobernador.
El presidente Enrique Peña Nieto, cuyo mandato finaliza este año, llegó al poder prometiendo un “México en paz”. Sin embargo, ha reconocido que “se ha venido revirtiendo” el avance contra la violencia.
El controvertido despliegue militar antidrogas que el gobierno lanzó a las calles en 2006 ha dejado en México más de 196.000 muertos y 30.000 desaparecidos, según cifras oficiales que no precisan cuántas de estas víctimas se relacionan con el crimen organizado.
Fuente:AFP
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