El padre del atacante que causó la peor masacre en Estados Unidos fue un ladrón de bancos que estuvo en la lista de los más buscados por el FBI.
Se trata de Benjamin H. Paddock, quien a los 34 años fue apresado y acusado de robar un banco en Phoenix, Arizona, en 1960. También fue procesado por intentar atropellar a un agente del FBI.
Paddock fue el padre de Stephen Paddock, identificado como el autor de los disparos que causaron la matanza de al menos 58 personas y dejaron más de 500 heridos en el famoso Strip de Las Vegas, en Nevada, el domingo.
Banjamin H. Paddock tenía una pistola y una considerable suma de dinero en su vehículo al momento de su detención allá por 1960. El auto era robado y fue usado en el atraco contra el banco Valley National Bank en Phoenix, según reporta una copia del diario Tucson Daily Citizen, fechada el 29 de julio de 1960.
Se informaba además que Paddock tenía cuatro hijos. Estuvo detenido con una fianza de $25,000 en una cárcel en Las Vegas mientras se sustanció la causa judicial que finalmente lo condenó a 20 años de cárcel.
Años después, huyó de la cárcel La Tuna, en Texas, donde cumplía la condena, por lo que terminó en la lista de los 10 más buscados por el FBI, de acuerdo a una crónica policial fechada el 10 de junio de 1969.
Según el reporte periodístico, Benjamin H. Paddock era conocido como ''cabeza de cromo'', porque tenía la costumbre de afeitarse la cabeza de manera completa.
“El FBI alerta que el fugitivo ha sido diagnosticado como un sicópata y debe ser considerado como extremadamente peligroso”, señalaba el reporte.
Su carrera delictiva se remontaba a 1946, cuando en Illinois fue hallado culpable del robo de diez vehículos y de juegos ilegales.
Uno de sus hijos, Stephen Paddock, se quitó la vida el domingo a la noche, momentos antes de que ingresaran las autoridades a la habitación en el piso 32 del hotel Mandalay Bay, desde donde había disparado a mansalva contra una multitud que disfrutaba de un concierto de música country al aire libre y en pleno centro de Las Vegas.
Tras la balacera, al menos 58 personas perdieron la vida y más de 500 resultaron heridas. Se trata de la peor masacre en la historia moderna de EEUU cometida por una sola persona.
Fuente:Telemundo
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