Nueva York.- El periodista Freddy P. Galarza solicitó a la nueva dirección del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) una auditoría que tome en consideración los bienes, nómina y estado financiero de esa institución.
De igual manera, consideró que debe efectuarse la revisión de algunos expedientes de la membresía del CDP, que luego de la creación de la Ley 10-91, no califican para estar afiliados en ese gremio.
Sostuvo que “si se detectan malos manejos en las pasadas administraciones, deben salir a la superficie y ser denunciados públicamente, además de aplicar las sanciones que amerita el caso. De lo contrario, el silencio podría afectar la nueva gestión”.
Afirma que el pedido de auditoría se justifica por el prolongado reinado del Movimiento Marcelino Vega en la dirección del CDP y por las múltiples denuncias que hace tiempo se realizaban en contra de los directivos de la entidad.
“Podemos ser parte de ese pasado reciente que acaba de ser derrotado por el voto de la mayoría de los cedepeístas si no damos a conocer públicamente en que condiciones recibimos la institución”, enfatizó Galarza.
Señaló que “los ojos de cientos de afiliados al CDP están puestos sobre los hombres y mujeres del Movimiento Convergencia que fueron respaldados masivamente porque deseaban un cambio de rumbo de esa entidad, que por más de una década estuvo secuestrada por un pequeño número de personas”.
Precisó que “hay que sanear al CDP, no sólo a su interior, también afuera, porque no se debe seguir permitiendo que avenedizos y enganchados a la profesión sigan usurpando la función del periodista, en violación a la ley 10-91 que creó dicha institución”.
“Esa situación va en detrimento de cientos de jóvenes universitarios que escogieron la carrera como profesión y que al final de sus estudios no encuentrarán donde colocarse porque otros, sin serlos y sin los conocimientos, son fácilmente empleados en los medios”, señaló.
Recordó que desde la primera Ley 148, que creó al CDP, “fueron admitidos a lo largo del país numerosas personas que, por el simple hecho de tener una camarita de aficionado, un grabador o productor de un programa”.
Dijo que, a pesar de ser modificada dicha ley por la 10-91, que exige la licenciatura para ejercer la profesión, la situación no ha mermado.
Por La Redacción
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