El presidente Donald Trump se ofreció este lunes para "ayudar" al bebé británico Charlie Gard, afectado de una enfermedad genética rara y mortal, y que será privado pronto de la respiración artificial que le mantiene con vida.
"Si podemos ayudar al pequeño #CharlieGard, de acuerdo con nuestros amigos en el Reino Unido y con el papa, estaríamos encantados de hacerlo", dijo Trump en un mensaje en su cuenta en Twitter. Tras ello la familia del niño reaccionó agradeciendo al presidente y diciendo que "nuestras voces finalmente están siendo escuchadas".
La portavoz de la familia (Alison Smith-Squire) dijo: "Chris y Connie están abrumados por la emoción de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el Papa han hablado públicamente de su apoyo. Sus amables palabras les han dado tanto consuelo. Actualmente permanecen junto a la cama de Charlie cuya condición se mantiene estable".
No hay mucho que Trump pueda hacer, porque las cortes británicas y europeas han validado la decisión del hospital de no permitir que Charlie sea enviado a Estados Unidos para la terapia experimental.
El tuit de Trump, que no especificó en qué consistiría su ayuda, llega un día después de que el papa Francisco expresara también su solidaridad con los padres del bebé, y pidiera que se les permita "acompañar y tratar hasta el final" al pequeño.
Un funcionario de la Casa Blanca que pidió el anonimato dijo que "al enterarse de la situación del bebé Charlie Gard, el Presidente Trump se ha ofrecido a ayudar a la familia en esta situación desgarradora. Aunque el propio presidente no ha hablado con la familia, no quiere presionarlos de ninguna manera, los miembros de la administración han hablado con la familia en llamadas facilitadas por el gobierno británico".
El pasado 28 de junio, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) respaldó la decisión de la Justicia británica de dar una muerte digna al bebé de diez meses, afectado por una "enfermedad genética rara y mortal", y rechazó así el recurso de los padres, Christopher y Constance Gard.
Su dictamen especifica que, en términos médicos, el pequeño sufre un "severo síndrome infantil de encefalopatía mitocondrial", que causa mutaciones en el gen RRM2B y le "priva de la energía necesaria para vivir".
Los padres recurrieron a la Corte europea cuando los tribunales británicos autorizaron que Charlie fuera privado de la respiración artificial, y argumentaron que el país había vulnerado su derecho a la vida, al oponerse el Great Ormond Street Hospital de Londres a un tratamiento experimental en Estados Unidos.
Los padres se habían quejado de que las decisiones de las instancias nacionales habían supuesto "una injerencia injusta y desproporcionada en sus derechos parentales y sin justificación alguna".
Sin embargo, la Corte de Estrasburgo avaló la conclusión de la Justicia británica, basada en "evaluaciones de expertos detalladas y de alta calidad" que consideraban "muy probable que Charlie estaría expuesto a dolores y sufrimientos continuos".
El hospital londinense donde se encuentra Gard ha decidido mantener un poco más la respiración asistida al bebé, para permitir que sus padres pasen más tiempo con él.
Fuente:EFE/AP
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