Nadie puede negar que el recientemente elegido presidente de los Estados Unidos Donald Trump va a recibir el testigo de Barack Obama con los vientos de la economía soplando a favor. O al menos es lo que muestran los últimos datos conocidos. El último y más reciente corresponde al mercado laboral, uno de los protagonistas durante la campaña electoral.
El Departamento de Trabajo ha anunciado esta misma mañana que la economía del país creó 178.000 nuevos empleo el mes de noviembre, con lo que la tasa de paro alcanzó un mínimo no visto en nueve años, del 4,6%.
Los datos están en línea con lo previsto por los economistas de Wall Street y mantienen muy viva la tendencia de mejora que se ha venido observando en el mercado laboral estadounidense durante los últimos meses. De hecho, esta será una de las principales razones por la que se da por hecho que la Reserva Federal (Fed) estadounidense subirá los tipos de interés en su reunión de diciembre.
Según ha declarado a Bloomberg Michael Feroli, economista jefe para EEUU de JPMorgan Chase, el mercado laboral se encuentra sano y quizás operando más allá de su actual capacidad.
Los retos que tendrá que afrontar Trump
A pesar de que los indicadores de empleo en líneas generales son buenos, el informe del Departamento de Trabajo ha dejado algunas dudas sobre la mesa. Revertir estos datos preocupantes será uno de los grandes retos a los que tendrá que enfrentarse Trump durante su mandato.
Por ejemplo, el descenso de la tasa de desempleo viene propiciado especialmente por la pérdida de fuerza laboral del país. En concreto, el mercado de trabajo perdió 226.000 miembros en noviembre. Si bien ello puede explicarse por activos que se jubilan, también debe tenerse en cuenta que los ciudadanos que renuncian a buscar un empleo, son excluidos de las estadísticas.
Menos del 60% de los adultos tienen empleos: 3 puntos porcentuales menos que cuando comenzó la crisis mundial, a finales de 2007. En parte, esa tendencia refleja las jubilaciones de muchos estadounidenses de la generación de la posguerra, pero también significa que la contratación no ha seguido el ritmo del crecimiento demográfico.
Otro punto negativo del informe del gobierno fue la caída del salario promedio por hora, después de una ganancia sólida el mes anterior. La paga ha aumentado a un ritmo modesto en el último año.
Luego de siete años de recuperación, el crecimiento salarial sigue siendo inferior a los niveles saludables y el número de trabajadores a tiempo parcial que quisieran empleos a tiempo completo es 28% más alto que antes de la recesión.
Problemas de larga duración
Muchas de estas tendencias —en particular la caída en la tasa de adultos con empleo— surgieron años antes de que el presidente Barack Obama asumiera el cargo. El desafío de Trump será intentar revertirlas.
El presidente electo podría obtener alguna ayuda de la recuperación de la economía: a medida que los empleadores continúan contratando en medio de un desempleo bajo, probablemente se verán obligados a ofrecer salarios más altos.
El aumento de los salarios, a su vez, podría atraer a más personas que no están trabajando o buscando un trabajo. También es posible que las empresas ofrezcan más horas a sus trabajadores a tiempo parcial.
Fuente:Externa
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