México.- Con el mensaje a condenar el despojo y la contaminación a las tierras de los pueblos indígenas perpetrados por personas “mareadas por el poder” y un llamado a las familias a “echarle ganas” para mantener esta institución, transcurrió la visita del Papa Francisco al estado de Chiapas.
En su tercer día de actividades y con los primeros rayos del sol, el pontífice se dispuso a cubrir una de las jornadas más intensas de su gira pastoral en México, al viajar a Chiapas para recorrer las ciudades de San Cristóbal de Las Casas y Tuxtla Gutiérrez.
Las puertas de las nunciaturas apostólica se abrieron antes de las 7:00 horas y el Papa apareció para saludar a los presentes y abordar el automóvil compacto que lo llevó al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
A su llegada a la terminal aérea, lo esperaban los directivos de la aerolínea en la que viajará estos días por territorio nacional y abordó un avión de Aeroméxico que lo trasladó en un viaje de aproximadamente una hora y media al aeropuerto internacional de Tuxtla Gutiérrez “Ángel Albino Corzo“, acompañado de los integrantes de su comitiva.
En el aeropuerto chiapaneco fue recibido por personal de los tres poderes del gobierno local, encabezados por el mandatario Manuel Velasco Coello y su esposa Anahi Puente Portilla.
Como parte de la bienvenida al estado, niños marimbistas de la escuela Prodown recibieron a Francisco al son de “La Sandunga”, “Las Chiapanecas” y el “Cielito Lindo”. Un matrimonio zoque y otro tzotzil le entregaron el bastón de mando, una corona y un collar de flores que realizaron, mientras un coro de mil niños de primaria cantaban.
En agradecimiento, el Papa se acercó a las gradas del Aeropuerto chiapaneco para saludar y bendecir a los religiosos y a los niños de la escuela Prodown que tocaron la marimba.
El jerarca de la Iglesia católica abordó un helicóptero que lo trasladó a San Cristóbal de Las Casas donde ya lo esperaban miles de representantes de las 56 etnias que existen en el país y de Centroamérica, quienes abarrotaron los campos del Centro Deportivo Municipal (Cedem) de esta ciudad,
A las nueve horas en punto y durante tres minutos sonaron las campanas de la Catedral, parroquias y capillas de San Cristóbal acompañadas de porras, gritos y aplausos de fieles en honor de Jorge Mario Bergoglio.
Tras su llegada al estadio de béisbol municipal realizó un recorrido por el predio a bordo del papamóvil hasta su llegada al Cedem, sin que quedaran excluidos saludos y bendiciones para los presentes.
Al iniciar la misa, el Papa condenó el despojo y la contaminación a las tierras de los pueblos indígenas perpetrados por personas “mareadas por el poder, el dinero y las leyes del mercado”, e instó a hacer un examen de conciencia y aprender a decir “¡Perdón!”.
“El mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita”, clamó ante miles de integrantes de los pueblos originarios de todo el país y naciones de Centroamérica.
El jerarca católico empezó su discurso con la frase en tzotzil “Li smantal Kajvaltike toj lek”, que significa “la ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma”. Partiendo de allí hizo una reflexión sobre el anhelo a la tierra inscrito en el corazón de los hombres y de los pueblos.
Durante su sermón, defendió las riquezas culturales de los pueblos originarios y reconoció el anhelo de esas comunidades a vivir en libertad, en una tierra donde la opresión, el maltrato y la degradación no sean la moneda corriente.
Mientras el pontífice hablaba, en la explanada, destacaron los trajes multicolores y una infinidad de atuendos étnicos originarios de todas las regiones del país.
Minutos antes de culminar la misa, indígenas de diversas etnias reconocieron al Papa por su acercamiento con los pueblos originarios, lo que manifestaron con muestras de cariño y agradecimiento.
Fuente:Reuters
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