Berlín y Estocolmo han expulsado a miembros de las embajadas rusas en sus países y Polonia a un diplomático del consulado ruso en Posen. Respondían así a la expulsión de diplomáticos de esos tres países, el viernes, por parte del Kremlin, acusados de participar en las marchas pro-Nalvalni.
Episodio que coincidió con la tensa visita a Moscú del jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell.
El Ministerio de Exteriores ruso ha respondido diciendo que «las decisiones de Polonia, Alemania y Suecia son infundadas, hostiles y son una continuación de la serie de acciones que Occidente está tomando con respecto a Rusia y que califica de injerencia en sus asuntos internos».
¿Nuevas sanciones?
Mientras, en Bruselas se han vuelto a alzar voces pidiendo nuevas sanciones contra Rusia. A finales de enero, los titulares de Exteriores europeos no lograron ponerse de acuerdo al respecto, tras la detención de Alexéi Navalni, como sí se hizo en octubre, cuando se confirmó el envenenamiento del opositor ruso.
Fuente:Euronews
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