El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, inició el 2020 con el indulto a 11 neoyorquinos que fueron condenados por delitos que van desde la venta de droga hasta el robo y la falsificación, pero todos demostraron un notable esfuerzo por rehabilitarse hasta el punto de convertirse en ciudadanos ejemplares para sus comunidades.
"En Nueva York creemos en la igualdad de oportunidades para todos. Este grupo de neoyorquinos son merecedores del indulto al demostrar su remordimiento y que se han rehabilitado con éxito en busca de una segunda oportunidad", dijo Cuomo en un comunicado.
“Al darles a estas personas una segunda oportunidad de mantener a sus familias y retribuir a sus comunidades, estamos dando un paso más hacia una Nueva York más justa y más compasiva. Me gustaría agradecer a los dedicados abogados voluntarios que representan a muchos de los solicitantes de clemencia ejecutiva por asumir estos casos sin compensación, todo en interés de la equidad, la justicia y la rehabilitación”, añadió el mandatario.
Para obtener el indulto, los solicitantes deben comprobar la retribución a sus familias y a sus comunidades y que han vivido libre de delitos durante un período considerable de tiempo.
Estos son los beneficiarios del perdón:
Alejandro Molinet Vega, de 63 años, condenado por venta criminal drogas en quinto grado y tercer grado. Vega ha vivido libre de crímenes durante 29 años.
Claudia Hoyos, de 54 años, fue condenada por venta de drogas en tercer grado cuando tenía 22 años. Ha estado libre de delitos durante más de 30 años.
Adewale Ogunbowale, de 55 años, fue declarado culpable por falsificación en tercer grado y de un plan para defraudar en primer grado.
Ogunbowale completó el servicio comunitario requerido y la libertad condicional, además de que cumplió con la restitución a las víctimas y expresó remordimiento por sus delitos. No ha incurrido en nuevos delitos durante 21 años y ha destacado como director de seguridad contra incendios para el Hospital Harlem durante más de 17 años.
Elvin Pinto Martínez, de 43 años, fue condenado por intento de venta de drogas en tercer grado cuando tenía 25 años. Para entonces tenía un problema de adicción. Tras cumplir la condena, Martínez se inscribió de forma voluntaria en un programa de rehabilitación de seis meses. No ha cometido crimen alguno por 19 años.
Indira Ozuna, de 53 años, fue condenada por conducta temeraria en primer grado a los 32 años. No ha cometido delitos en 21 años.
Kwame Siriboe, de 41 años, fue declarado culpable de delitos menores por posesión o venta de marihuana entre las edades de 27 y 31 años.
Siriboe obtuvo un GED y certificaciones en mecánica automotriz, aire acondicionado y refrigeración tras su condena. Desde hace 11 años trabaja en mantenimiento para Safe Horizon, una organización de servicios para víctimas de crímenes violentos. No ha cometido delitos durante 18 años.
Renata Smith, de 41 años, fue condenada por posesión criminal de marihuana en cuarto grado a los 25 años. Ahora dirige una empresa de consultoría de TI y un programa de después de la escuela. Smith no ha cometido delitos durante 16 años.
David Lugo, de 49 años, fue declarado culpable de dos cargos de venta de drogas en quinto grado en 1995 y 1998 e intento de venta de drogas en tercer grado en 1990.
Lugo tenía un problemas de adicción cuando cometió los delitos, pero ha estado sobrio durante 10 años y libre de crímenes durante ocho años.
Alexander Levin, de 41 años, fue condenado por posesión de drogas en cuarto grado y robo mayor en cuarto grado en 2003. Levin era adicto a la metanfetamina cristalina para entonces. Después de someterse a un tratamiento, Levin logró cambiar su vida y ahora es un aclamado pastelero y lucha para promover una vida libre de adicciones en la industria de servicios de alimentos. No ha cometido crímenes por 16 años.
Además de conceder los indultos, Cuomo conmutó las sentencias de dos personas que han demostrado su rehabilitación exitosa, por lo que regresarán a sus comunidades con el compromiso de ayudar a reducir la delincuencia en el estado de Nueva York por medio de su experiencia.
Monica Szlavikovics, de 42 años, fue condenada por asesinato en segundo grado en Monroe en 1996. Ella sufrió abuso físico y psicológico extremo y continuó por parte de varios hombres a lo largo de su vida, una situación que continuó al lado de su esposo. Como resultado de años de brutal abuso doméstico, Szlavikovics desarrolló un trastorno de estrés postraumático complejo cuando su esposo la obligó a delinquir. Su pareja admitió que él fue quien disparó y mató a la víctima.
Szlavikovics completó la universidad con una licenciatura en sociología, trabajó como secretaria / administradora para el programa universitario y y luego fue voluntaria en el centro de padres. También ha participado en clases de violencia doméstica y ha tenido años de terapia individual para la victimización severa a manos de su exesposo.
Ella expresó remordimiento por su papel en los crímenes y cuenta con un amplio apoyo de los grupos de violencia doméstica y defensores de las mujeres.
Ryan Brice, 32 años, fue declarado culpable en 2014 de posesión criminal de un arma en segundo grado.
Brice delinquió para hacer dinero después de que su familia perdió su casa y sus pertenencias durante el huracán Irene. Fue condenado como un criminal violento debido a la posesión de armas, aunque nunca participó en actos de agresión.
Durante su encarcelamiento, Brice obtuvo el GED y completó el tratamiento para el control de la ira. También ha estado trabajando como facilitador de Servicios de Transición desde enero de 2017. Tras su liberación, planea continuar su educación y obtener un grado asociado.
Fuente:Telemundo
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