En 1990, Felipe Rodríguez le hizo frente a su destino en una sala en el tercer piso de la corte de Queens. Fue allí que al entonces aspirante a policía se le fueron la vida y la libertad como agua entre los dedos.
Un juez lo condenó a de entre 25 años y cadena perpetua por el asesinato de una mujer en Long Island, pero su espíritu no se doblegó y desde prisión insistió en su inocencia.
Y esa lucha rindió frutos, pues casi tres décadas después, en la misma sala del tribunal, un juez le otorgó la exoneración tras demostrarse que hubo errores y omisión de pruebas en el caso.
“Se concede la moción para derogar la condena”, expresó el juez. Enseguida el júbilo estalló en la corte, una oleada de aplausos y abrazos, un mar de lágrimas.
“(Me encarcelaron cuando) mi hijo tenía solo tres años, pero el hecho de que mi familia y (la organización) Innocence Project creyeran en mí fue lo que me mantuvo en pie de lucha”, expresó Rodríguez con emoción.
En 2017, tras cumplir casi 27 años de prisión por el asesinato de 1987, el que siempre sostuvo que no cometió, el gobernador Andrew Cuomo le otorgó el perdón; sin embargo, continuó encarcelado.
“Nunca dudé que este día llegaría porque sabía que era inocente. Rezaba y tenía la esperanza que la verdad saliera a la luz”, dijo Felipe.
Nina Morrison, abogada litigante principal de Innocence Project, es a quien Felipe le debe la libertad.
“En mayo de 1990, hace casi 30 años, mi cliente se presentó en este mismo tribunal y escuchó al jurado declararlo culpable de un delito que no cometió, y escuchó al juez que no tenía otra opción para condenarlo a 25 años de prisión”, señaló la abogada.
“Hace 13 años tomamos este caso porque, entre otras cosas, no había muestras de ADN que probaran su culpabilidad y su condena solo se fundamentó en el testimonio de alguien que se había catalogado como sospechoso y quien admitió haber dado al menos una declaración falsa a la policía”, añadió.
Felipe era un padre devoto y no tenía récord penal, además, no había evidencia física para conectarlo con el crimen. Para entonces soñaba con convertirse en un oficial del NYPD y colaboraba en el programa de policía auxiliar.
Morrison enfatizó que su equipo vertió todo su esfuerzo en el caso durante 13 años a sabiendas de una victoria segura, puesto que las pruebas de ADN al final revelarían de su cliente, así como la prueba de los testimonios que fueron fabricados por la policía.
El juez joseph Zayas aclaró que no fue el responsable de administrar la justicia de este acaso hace casi 30 años y lamentó que la injusticia se prolongara por casi tres décadas.
Robert Masters, asistente ejecutivo del fiscal del distrito, reveló que, tras una revisión detallada de la investigación, se pudo constatar que a Felipe se le negó el derecho a un juicio justo.
La pesquisa a los archivos de la policía, de los récords de laboratorios y de los resultados de los exámenes forenses, arrojó que una serie de pruebas contundentes se omitieron de forma deliberada para asegurar un resultado desfavorable para Rodríguez.
La libertad llega justo para que Felipe pueda iniciar una nueva vida en un nuevo año.
Fuente:Telemundo
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