Las explosiones coordinadas del Domingo de Pascua que golpearon iglesias y hoteles de lujo en Sri Lanka y dejaron al menos 290 muertos, fueron obra de siete atacantes suicidas, de un grupo armado esrilanqués llamado National Thowfeek Jamaath, según dijo el lunes un miembro del gobierno.
Todos los suicidas eran ciudadanos de Sri Lanka, aunque las autoridades sospechan que tenían conexiones con el extranjero, explicó en una rueda de prensa el ministro de Salud, Rajitha Senaratne.
El análisis de los restos de los cuerpos de los agresores dejó claro que eran atacantes suicidas, indicó antes Ariyananda Welianga, investigador forense.
La mayoría de los ataques fue obra de una persona, salvo el hotel Shangri-La de Colombo, donde se inmolaron dos personas.
Al menos 290 personas murieron y más de 500 resultaron heridas en los atentados, el episodio más violento en el país desde el fin de una devastadora guerra civil hace una década, indicó el portavoz policial Ruwan Gunasekara.
La policía investigaba los reportes de que las agencias de inteligencia de Sri Lanka habían recibido advertencias de posibles ataques, según dijeron las autoridades el lunes.
Dos ministros del gobierno han aludido a fallos de inteligencia.
“Algunos agentes de inteligencia estaban al tanto de este incidente. Por lo tanto hubo un retraso en la acción. Deben tomarse medidas serias sobre por qué se ignoró este aviso”, afirmó el ministro de Telecomunicaciones, Harin Fernando.
El ministro añadió que su padre había sabido de la posibilidad de un ataque y le dijo que evitara las iglesias populares.
Por su parte, el ministro de Integración Nacional, Mano Ganeshan, dijo que agentes de seguridad de su ministerio habían sido alertados por su división de la posibilidad de que dos agresores suicidas atacaran a políticos.
El Departamento de Investigación Penal de la policía, que gestiona las pesquisas, revisará esos reportes, dijo Gunasekara.
El cardenal Malcolm Ranjith, arzobispo de Colombo, afirmó que los ataques podrían haberse evitado.
“Nos llevamos las manos a la cabeza cuando supimos que estas muertes podrían haberse evitado. ¿Por qué no se impidió esto?”, dijo.
La mayoría de los fallecidos era de Sri Lanka, aunque los tres hoteles atacados y una de las iglesias, el Santuario de San Antonio, eran frecuentados por turistas extranjeros.
El Ministerio de Exteriores indicó que se habían recuperado los cuerpos de al menos 27 extranjeros.
Estados Unidos dijo que había “varios” estadounidenses entre los muertos, mientras que Gran Bretaña, India, China, Japón y Portugal dijeron tener ciudadanos ente las víctimas.
Fuente:AP
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