Washington.- La confirmación de Brett Kavanaugh, el nominado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para juez del Tribunal Supremo presenta el peor índice de aprobación entre la población del país desde hace más de tres décadas, según un sondeo de la cadena de televisión CNN publicado el jueves.
La candidatura de Kavanaugh solo consigue la aceptación de un 37% de los entrevistados en la encuesta, lo que le convierte en el peor considerado desde Robert Bork, nominado por Ronald Reagan en 1987 y que fue finalmente rechazado.
De acuerdo al canal, Kavanaugh muestra índices inferiores incluso a los candidatos fallidos Harriet Miers, propuesta por el expresidente George W. Bush en 2005, y Merrick Garland, nominada por el exmandatario Barack Obama en 2016.
Un 40% de los encuestados va más allá en el rechazo al magistrado y cree que el Senado -con leve mayoría conservadora- no debería siquiera llevar a cabo la votación para confirmarle, algo que sucederá una vez finalizadas las audiencias monográficas en la cámara, que se inician el 4 de septiembre.
Sobre su figura, un 33% tiene una opinión positiva, un 27% se declara neutral y un 29% lo percibe negativamente.
Todo cambia entre las filas conservadoras, donde la candidatura de Kavanaugh es aceptada por el 74% de los encuestados que reconocen que votan a los republicanos, mientras que un 67% de los partidarios de los demócratas se opone a que este acceda al Supremo.
Atendiendo a una división por género, las mujeres son mucho más reacias al elegido por Trump y tan solo un 28% quiere verlo en el alto tribunal, frente al 47% de los hombres.
Kavanaugh fue nominado el pasado 9 de julio por Trump después de que el juez conservador moderado de la corte, Anthony Kennedy, anunciara su retirada.
De este modo, el aspirante podría convertirse en el segundo magistrado elegido por Trump, ya que en 2017 el presidente hizo lo propio con Neil Gorsuch, que sustituyó al fallecido Antonin Scalia.
La llegada de Kavanaugh, que ha generado un amplio rechazo en la bancada de la oposición demócrata, implicaría un giro a la derecha en la ya conservadora sala y los progresistas temen que esto pueda afectar a ámbitos como los derechos al aborto, el voto y los civiles.
Fuente:EFE
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