Las autoridades tailandesas pusieron el lunes en pausa el operativo de rescate de los niños atrapados en una cueva junto a su entrenador, tras sacar al octavo menor y trasladarlo a un hospital, donde se encuentran los otros siete niños.
El octavo menor fue sacado el lunes de la cueva donde había estado varios días varado junto a otros en el norte de Tailandia, tras la reanudación del operativo de rescate luego que el domingo cuatro menores fueran rescatados.
Una ambulancia con las luces encendidas salió el lunes de las inmediaciones de la cueva anegada en la que varios miembros de un equipo de fútbol juvenil llevan dos semanas atrapados en el norte de Tailandia, horas después del inicio de la segunda fase del rescate.
El vehículo médico se dirigió hacia un helipuerto, de donde poco después despegó una aeronave entre los aplausos de la multitud presente en la zona.
Fue el mismo sistema que se empleó el domingo con al menos uno de los cuatro niños rescatados en el primer intento de sacar a los 12 menores y al entrenador del complejo subterráneo.
Menos de una hora después del despegue, la televisora pública tailandesa emitió en vivo su llegada a las inmediaciones de un hospital en la ciudad de Chiang Rai, a unas 37 millas de la cueva.
Los médicos parecían trasladar a una persona tumbada en una camina pero su identidad estaba oculta por varios paraguas blancos.
El operativo de rescate se reanudó a las 11 de la mañana hora local y las autoridades “esperan tener buenas noticias en las próximas horas”, señaló el gobernador interino de la provincia de Chiang Rai, Narongsak Osatanakorn. Nueve personas siguen en el interior de la gruta, incluyendo el entrenador del equipo.
“Todas las condiciones siguen siendo tan buenas como ayer”, dijo Narongsak en una conferencia de prensa.
“La fortaleza de los chicos, el plan -hoy estamos tan listos como antes. Y lo haremos más rápido porque tenemos miedo de la lluvia”.
Las autoridades se han apresurado a sacar a los menores, de entre 11 y 16 años, y a su entrenador de la cueva mientras las lluvias anuales del monzón avanzaban hacia la región montañosa del extremo norte de la región de Chiang Rai.
Los operarios han trabajado sin descanso para drenar el interior de la gruta, y las autoridades dijeron antes el lunes que los intensos aguaceros caídos durante la noche no elevaron el nivel del agua dentro.
Los cuatro chicos que salieron el domingo en una urgente y peligrosa operación que requirió que buceasen a través de los estrechos, oscuros y retorcidos pasadizos de la cueva están contentos y tienen buena salud, según las autoridades.
“Esta mañana dijeron que tenían hambre y que querían comer khao y grapao”, agregó Narongsak refiriéndose a un plato tailandés de carne frita con chile y albahaca que se sirve con arroz.
Sin embargo, los chicos están pasando exámenes médicos en la capital de la provincia y no han podido tener un contacto cercano con sus familiares por temor a infecciones. Los parientes sí pudieron verlos a través de un cristal, apuntó el gobernador.
Los chicos y su entrenador quedaron atrapados en la enorme cueva de Tham Luang Nang Non cuando fueron a explorarla tras un partido de entrenamiento el 23 de junio. Una masiva operación internacional de búsqueda tardó 10 días en localizarlos, refugiados en una ladera seca en las profundidades del complejo.
El rescate mantiene en vilo al público tanto en Tailandia como a nivel internacional, y periodistas de todo el mundo viajaron hasta esta localidad próxima a la frontera con Myanmar para reportar el desenlace de la historia.
Los buceadores que participaron en el rescate del domingo regresarán a su interior el lunes ya que conocen sus condiciones y qué hacer, explicó el ministro del Interior tailandés, Anupong Paojinda.
Los rescatistas colocaron nuevos tanques de oxígeno en la cueva antes del comienzo de la segunda fase, añadió.
Sacar a todos los niños puede llevar hasta cuatro días, pero el éxito del domingo elevó las esperanzas para un final feliz.
Trece buceadores extranjeros y cinco tailandeses participaron en el operativo del domingo. Dos buzos acompañarán a cada uno de los niños, que aprendieron a bucear apenas el 2 de julio, cuando los rescatistas los encontraron.
Expertos en rescates en cuevas consideran que salir buceando era la última opción, especialmente con personas no entrenadas.
Fuente:AP
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