Washington, 26 abr.- El estado de Texas ejecutó a Erick Dávila, un pandillero de 31 años condenado a muerte por asesinar en 2008 a la hija y a la madre de un rival en una fiesta de cumpleaños infantil.
A Dávila lo declararon muerto a las 18.31 hora local (CT) tras recibir una inyección letal en la prisión de Huntsville (cercana a Houston), según notificó el Departamento de Justicia Criminal de Texas.
El hoy ejecutado fue condenado a muerte por unos asesinatos cometidos el 26 de abril de 2008 en Fort Worth (norte de Texas).
Dávila irrumpió en una fiesta de cumpleaños infantil y abrió fuego contra la veintena de asistentes, muchos de ellos niños.
En el tiroteo asesinó a la pequeña Queshawn Stevenson, de cinco años, y a su abuela Annette Stevenson, de 48; hija y madre, respectivamente, de un pandillero rival.
Además, otras cuatro personas resultaron heridas como resultado de los disparos del fusil semiautomático de Davila.
Este ataque fue la respuesta de Dávila y su pandilla a un enfrentamiento previo con el padre e hijo de las víctimas, Jerry Stevenson.
En su defensa, Dávila argumentó que tan solo pretendía asesinar al pandillero rival, pero que actuó bajo la influencia de narcóticos, una tesis con la que pretendía que le rebajaran su condena a muerte a una pena de cadena perpetua.
“Yo no estaba apuntando a los niños o a la mujer y no sé de dónde salió la mujer”, declaró Davila.
Sin embargo, el Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazó poco antes de la ejecución los recursos presentados por la defensa.
Dávila fue el quinto preso ejecutado este año en el estado de Texas y el noveno en todo el país.
Desde que el Tribunal Supremo restituyó la pena de muerte hace cuatro décadas en EE.UU. han sido ejecutados 1.474 presos, 550 de ellos en Texas.
Fuente:EFE
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