El autor del masivo tiroteo en una iglesia baptista de Sutherland Springs, Texas, el domingo, en el que murieron 26 personas y 20 resultaron heridas, recibió dos disparos de un vecino cuando huía y después se suicidó de un tiro en la cabeza.
Devin Kelley recibió impactos de bala en la pierna y en el torso disparados por un vecino convertido en héroe que lo enfrentó después de escuchar los tiros desde su casa, según explicó este lunes en una rueda de prensa frente al templo Freeman Martin, del Departamento de Seguridad Pública (DPS, en sus siglas en inglés) de Texas.
A pesar de que en primera instancia las autoridades dudaron de si el asesino se suicidó o murió a causa de los disparos del vecino, identificado como Stephen Willeford, la autopsia reveló este lunes que el tiro que él mismo se propinó en la cabeza fue mortal.
El asesino, que tenía antecedentes por maltrato doméstico y maltrato animal, se suicidó tras escapar de la zona del tiroteo y ser perseguido por carretera durante varios minutos por Willeford y otro vecino, Johnnie Langendorff, que estaba cerca de la iglesia y vio el altercado.
Freeman desveló también que los investigadores han recogido de la escena del crimen centenares de balas y 15 cartuchos con rondas de 30 proyectiles cada una, lo que corrobora la violencia del peor tiroteo en la historia de Texas.
Kelley perpetró esta masacre vestido con un chaleco antibalas y armado con un potente rifle semiautomático Ruger AR en el templo First Baptist Church de Sutherland Springs, un pueblo situado al sureste de San Antonio, Texas.
Según las investigaciones policiales, el asesino mató a dos personas fuera de la parroquia y a 23 dentro del recinto, y un niño murió víctima de las heridas en un centro médico local poco después del ataque.
Las edades de las víctimas mortales oscilan entre los 18 meses y los 77 años de edad, un indicativo más de que el asaltante trató de hacer el mayor daño posible sin tener piedad de ninguno de los asistentes a la misa que en esos momentos se oficiaba en el templo.
Si se tiene en cuenta lo relatado por los testigos, pocas fueron las personas que quedaron indemnes al ataque, ya que, como cada domingo, en el interior del templo blanco con tejado marrón había poco más de medio centenar de fieles siguiendo el oficio religioso cuando se produjo el tiroteo, sobre las 11.30 hora local.
De las 20 personas heridas, 10 permanecen en estado crítico un día después de la masacre y 4 se encuentran en estado grave.
Compuesta básicamente por una oficina de correos, un centro comunitario, una tienda de abastos, un taller de reparación de coches, dos gasolineras, las casas de los 400 vecinos y un par de iglesias, entre ellas la de la matanza, Sutherland Springs era hasta este domingo una tranquila comunidad en la que apenas pasaba nada.
Fuente:EFE
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