Santo Domingo.- El político, geólogo Osiris de León, destacó el caso de la loma Ortega, en La Vega, como un referente válido de lo que puede ser y hacer la minería en favor del bienestar humano cuando se aplica respetando los criterios de sostenibilidad ambiental.
En este sentido, el reconocido experto se refirió a la situación actual de la mencionada loma, que contrasta con la falsa idea difundida de que donde se practica la minería solo quedan secuelas negativas.
“Después de que la cobertura de suelo fuera removida décadas atrás para extraer el alto contenido de níquel, hoy se puede caminar por un denso y exuberante bosque verde que no evidencia la más mínima señal de una anterior explotación minera, ya que el terreno fue debidamente regenerado, acondicionado y modelado para mantener un adecuado relieve topográfico acorde a la morfología regional”, enfatizó De León.
Dentro de este mismo orden, agregó: “Las aguas superficiales que allí corren llegan a la presa de Mata Clara y muestran una pureza y una cristalinidad sin igual que en nada son parecidas a las sucias, malolientes y contaminadas aguas del río Camú, y las frescas temperaturas bajo los árboles plantados por la reforestación minera desafían al abrasador y sofocante calor que se siente en el centro de La Vega, clima y entorno que invitan a cualquier vegano a disfrutar en loma Ortega de un ambiente fresco, hermoso y sano”.
El ingeniero geólogo, argumentando su razonamiento en favor de la minería racional y amigable con el medio ambiente, dijo que La minería, al igual que la agricultura, la pecuaria, la industria, el turismo y el urbanismo, tiene luces y sombras, como el sol, pero los agradecidos nos fijamos más en la luz, mientras que los desagradecidos se fijan más en la sombra.
“Bajo el moderno esquema mundial del desarrollo sostenible la minería se esfuerza cada día en aumentar las luces y disminuir las sombras para evidenciar ante la sociedad que las operaciones diarias, tan necesarias y tan indispensables para el desarrollo y el confort de la humanidad, se ejecutan bajo un estricto marco de sostenibilidad ambiental que 50 años atrás nadie podía imaginar”, ponderó el conocedor.
Expresó que antiguamente la minería se preocupaba más en importantizar la recuperación económica de los recursos del subsuelo, destinando pocos presupuestos en el acondicionamiento posterior de los suelos explotados y obviando la necesaria reforestación de toda la zona intervenida en la operación.
Osiris de León expuso que ahora ya no sucede igual, en virtud de que en la medida en que la filosofía y la conciencia ambiental han ido calando profundamente en el seno de la comunidad internacional, y en la medida en que los ambientalistas comenzamos a trabajar en la definición y articulación de modernas legislaciones ambientales que incluían estrictas regulaciones de las operaciones mineras, industriales, agrícolas, pecuarias y hoteleras, las extracciones de minerales han ido avanzando al compás de la necesaria sostenibilidad ambiental.
Ejemplificando su aseveración, Osiris de León resaltó el caso de la recuperación ambiental y forestal de la loma Ortega, en la provincia de La Vega, zona donde durante muchos años se removió la cobertura de suelo residual rico en hierro y níquel y se envió a la planta metalúrgica de Bonao para mediante un proceso totalmente seco extraer y exportar el alto contenido metálico que siempre ha colocado a la República Dominicana en la lista de los 10 más grandes productores mundiales de níquel, compitiendo anualmente muy de cerca con la hermana y vecina República de Cuba.
Por La Redacción
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